Rozando la malla
Comprendo a Félix Sánchez

<STRONG>Rozando la malla</STRONG> <BR>Comprendo a Félix Sánchez

En lo concerniente a cómo estaba la parte física de Félix Sánchez para competir en los Juegos Olímpicos, eso nadie lo discutía.

Ahora, en la parte sentimental, lo que le ocurrió a Félix Sánchez con la noticia de la muerte de su abuela-madre, estoy seguro que fue algo aterrador.

No son buenas las comparaciones, pero- con el permiso de ustedes- voy a recordar algo personal que me ocurrió el 17 de junio del 2007.

Estando en Nueva York en una reunión de los Juegos Patrióticos, el secretario de Deportes, Felipe Payano, me comunicó la muerte de mi madre. Era domingo a las 12:30 de la tarde.

No pude conseguir vuelo ese día y tuve que esperar al otro día para unirme a mi familia. Las horas fueron interminables y el camino a Dominicana, ni imaginarse.

Es por eso que comprendo a Félix Sánchez. Si esa señora, que en paz descanse, le dio la crianza desde niño y él la veía como su madre, el corredor está destrozado. Eso no es excusa porque perdió. Una cosa no tiene nada que ver con la otra.

El país- otra vez- debe reconocerle la proeza de salir a competir. Eso lo hacen los grandes.

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