En febrero y agosto de cada año surgen voces que se agitan porque están «destruyendo» el Centro Olímpico.

Después que pasan esos días, por arte de magia sale ese tema de la agenda deportiva.

El Estado  decidió hace seis varios años utilizar dos esquinas del Olímpico (Gómez con Kennedy y Gómez con 27 de Febrero) para colocar por debajo de la tierra, las paradas de la primera línea del Metro, (ya en funcionamiento) que favorece a miles  cada día lo usan, incluyendo atletas y entrenadores. Para la segunda línea, también por debajo de la tierra se tomó la esquina de la Kennedy con Ortega y Gasset. El Corredor Duarte ha intervenido la 27 de Febrero con Gasset. Para hacer esas paradas y el Corredor no se le ha topado a una sola obra.

Los críticos- cuyos juicios respeto, aunque no comparto- que digan cuáles ha sido afectadas en el centro de la misma, o que le han llevado las graderías o el campo de juego.

Muchos de los protestantes recibieron explicaciones claras del ingeniero Diandino Peña, encargado del Metro, mucho antes de iniciar las labores y los compromisos que hizo con ellos para cuando se concluyan el Metro, que fue remodelar el Olímpico por completo. Diandino lo puede hacer ahora. No, la segunda línea del Metro no se ha terminado, ni el Corredor Duarte.

Algunos aunque no dicen públicamente, lo que desean es que Felipe Payano le pida a Leonel Fernández que detenga ambas obras de desarrollo nacional y él es parte del Estado.

Mientras tanto en el Ministerio de Deportes se sigue trabajando, nombrando atletas que se gradúan, atendiendo a los técnicos cubanos que le sirven al Deporte  y a las Federaciones, en las medidas de las posibilidades.

Pintar en remodelación

Nunca he visto una casa que se esté remodelando comenzar a pintarla con los escombros en la sala, la cocina y la galería. Lo lógico es esperar que termine todo y luego pintar. Si se acaban las labores en el olímpico y no es atendido,  haré mi protesta. Se ha esperado tiempo para otras cosas. Respeto el enfoque que cada quien da al tema. Este es el mío. Esperaré.