La Federación de Tenis de Mesa, esa familia quedó dividida el lunes de manera rotunda y eso es lamentable.
El Comité Olímpico, rector del movimiento olímpico, desde mi óptica, no jugó su rol de árbitro imparcial en esta crisis y la misma se les fue de las manos.
En las elecciones de TM, del 17 y la del 30 de marzo, dirigidas por Luisín Mejía y Antonio Acosta, arrojaron un resultado patético e imborrable: No hay un arbitraje en el deporte de RD.
Le pregunté en varias ocasiones a Antonio Acosta el por qué el día 17 cuando llegaron las doble acreditaciones de Moca y San Juan de la Maguana, la comisión electoral no se detuvo a verificar cuales eran las verdaderas y cuales no lo eran para poder votar.
Su respuesta era que la decisión estaba tomada y que ambos votos quedaron nulos.
Nulos porque ellos dijeron que si. Y así fue.
El pasado lunes 30 en el COD, fueron a votar cuatro asociaciones: Santiago, Cotuí, La Vega y Mao.
No fueron a votar el Distrito Nacional, Monte Plata, San Pedro de Macorís. Ya le habían vetado el voto a Moca, San Juan de la Maguana, Azua e Higüey.
El Distrito Nacional no participó de la asamblea, ni San Pedro de Macorís. Miguel Rodríguez llevó el mensaje de las otras siete asociaciones que no irían a los comicios.
El COD quiso que el TM esté hoy 4 a 7.