Rubén Jiménez Bichara y Jenofonte

Rubén Jiménez Bichara y Jenofonte

La Cámara Baja, que pergueña por bajar cada vez más bajo en su proceder censurable, aprobó el día siete de ese mes un préstamo para construir las dos plantas de carbón de Punta Catalina, por US$632.4 millones, con la digna abstención de 28 legisladores y aprobado por 102, que previo aprobó el Senado, dos showroom de vilezas.

El vicepresidente de la CDEEE, sociólogo Rubén Jiménez Bichara, vende la seguridad de que Punta Catalina generará 720 megas, y “acabará con los apagones, con energía estable, confiable y a precios razonables”

La sociedad dominicana aspira que tanta oferta culmine a buen término, que todo sea cierto y que no fuese objeto ulterior de un debate en los tribunales, y en la Suprema Corte de Justicia, que es la jurisdicción de juicio que corresponde al jefe del Estado.

La mega obra de los grandes megas suscita varias suspicacias megas, la primera es que su costo original se estimó en US$2,500 millones, luego se redujo a US$1,500 millones y final a US$632.4 millones, sin que el dólar fluctuase tanto entre la primera y la última cotización.

La segunda es la indiferencia del sector privado de involucrarse en un proyecto de esa envergadura, salvo Vicini, propietario de la parcela donde se erigen las plantas, que de seguro, incorporará el valor de la misma en acciones.

La tercera es la opción de combustible para generar energía, el carbón, el más barato pero el más contaminante, no obstante disponer del aval del Protocolo de Kyoto.

Rubén Jiménez Bichara evoca a Jenofonte, filósofo y guerrero heleno, que luego de la batalla de Cunaxa, donde Ciro El Grande perdió la vida, hace 2,500 años, transitó 1,500 kilómetros hasta encontrar la costa y exclamar: ¡El mar, el mar!

Publicaciones Relacionadas

Más leídas