Los rugidos del león y los vientos que soplaban han amainado ante los cuestionamientos de inconductas que atribuye el Procurado General de la República, Francisco Domínguez Brito demostrando los bienes multimillonarios que posee el senador Félix Bautista (PLD-SJM) mal calculados en RD$3 mil millones.

Otro caso el ingeniero Víctor Díaz Rúa cuestionando su incumbencia como titular de Obras Públicas, que la procuradora fiscal del Distrito Nacional, Berenice Reynoso, se opone a archivar.

Esos dos casos, muy sonados, contaminados de irregularidades, a ventilarse en un juicio público y contradictorio, inequívocamente atañe al ex presidente Leonel Fernández, que de ninguna manera podría alegar desconocimiento de esos procederes, atendiendo a que un gobernante, del país que fuese, es la persona más enterada de todos sus gobernados.

En esa perspectiva, la intención manifiesta del ex presidente Fernández aspirar a ser electo por cuarta vez en los comicios del 2016 resulta cuestionable y jalda arriba, más bien un imposible, aún suponiendo que el resultado final de esos procesos a iniciarse, los envueltos en las acusaciones fuesen absueltos de culpas, pero aún así, la sombra de la suspicacia reflotará en su contra y en la de su entonces mandante, disminuyendo a casi nada su opción presidencial.

El Procurador General de la República es persona de una trayectoria vertical que reconoce no solo su parcela política del PLD en su inmensa mayoría, sino en esa proporción los dominicanos, que suscribo.

Es posible especular que la actitud del titular del Ministerio Público se asocie a un no declarado pero perceptible proyecto reeleccioinista del presidente Danilo Medina, pero el proceso que incoa es válido conforme a sus atribuciones, y en el ínterin, es aconsejable no os desesperéis ante posibles vientos que si soplan, y hasta cocos pudieran tumbar.