La Ciudad Colonial de Santo Domingo se caracteriza por tener un gran número de ruinas y monumentos dignos de conocer, sobre todo por la importancia histórica que tiene cada uno de ellos.

Pero dos lugares que se recomienda visitar son: las ruinas de San Nicolás de Bari y el Panteón Nacional, ambos representan una parte de la historia de la República Dominicana.

El Hospital San Nicolás de Bari se construyó en 1503 y fue fundado por Nicolás de Ovando, quien en ese entonces era gobernador de la isla.

Epoca renacentista. Para muchos es el monumento más representativo del estilo renacentista en la zona colonial y el cual fue restaurado en el año 1976, reforzado por la Comisión de Monumentos Históricos de la Ciudad Colonial, cuando el organismo era presidido por el ingeniero e historiador Ramón López Penha.

Gracias a su restauración, hoy en día se conservan sus ruinas y dos espacios dedicados al culto en la capilla original del hospital que se hallan integrados a los espacios de la iglesia de Nuestra Señora de La Altagracia.

San Nicolás de Bari es un lugar de gran tranquilidad lleno de palomas, las cuales le dan ese encanto colonial que seguro será del agrado de los niños que junto a sus familiares lo visiten.

Aunque lo puedes recorrer en minutos querrás mantenerte más tiempo contemplando sus piedras y lo poco que quedó de este hospital, el cual fue el primero de América.

Panteón Nacional. De estas ruinas te puedes trasladar a pie al Panteón Nacional, ubicado en la Calle Las Damas, un lugar que se caracteriza porque alberga los restos físicos de los más grandes héroes dominicanos.

Este panteón, construido en 1956 perteneció a la Iglesia de los Jesuitas en su primera etapa y luego pasó a ser un almacén, y más tarde funcionaba como oficina gubernamental.

Entre los personajes cuyos restos descansan en el Panteón Nacional se encuentran, Gregorio Luperón, Eugenio María de Hostos, José Núñez de Cáceres y José Reyes, entre otros.

El Panteón Nacional tiene alrededor de 35 espacios para futuros héroes de la República Dominicana y una placa dedicada a la tumba del Soldado Desconocido.

Ambos paseos. Para realizar ambos paseos es recomendable hacerlo un domingo, preferiblemente temprano en la mañana o en la tarde con el fin de no toparte con gran cúmulo de personas y de vehículos. Asimismo, es necesario que el mismo se haga con ropa cómoda y tenis ya que de las Ruinas de San Nicolás de Bari al Panteón Nacional debes recorrer unas cuantas esquinas que quizás para los más pequeños sea un poco lejos. Ven con familiares y amigos a disfrutar de esta experiencia histórica.