Ruinas de Caracalla muestran el sueño roto de Madama Butterfly»

Ruinas de Caracalla muestran el sueño roto de Madama Butterfly»

Roma. Alex Ollé, director del grupo teatral La Fura dels Baus y de la ópera “Madama Butterfly” que se estrena hoy en las termas de Caracalla de Roma, opinó que estas ruinas romanas reflejan el sueño roto y el desamor de la protagonista de la obra.

“Las termas de Caracalla nos sirven de metáfora de la historia de Cio Cio san. Estas ruinas muestran este sueño roto que vive Butterfly”, explicó Ollé en una entrevista con Efe en Roma sobre la joven “gheisa” japonesa protagonista de esta versión de la ópera de Giacomo Puccini.   Y prosiguió- “Caracalla, de alguna manera, curiosamente, es un antes y un después de algo” que se puede comparar con el amor de la protagonista por Pinkerton, un amor que “se desmorona” y “al final quedan esas ruinas».

La “historia imposible y sueño roto” de la “ingenua y joven”, enamorada del marino estadounidense B.F. Pinkerton, encuentra en este escenario arqueológico un reflejo de la mitología que envuelve a “Madama Butterfly”, una obra en la que “hay algo de la tierra, de la naturaleza».   De esta faceta “exótica y virginal” de la japonesa Cio Cio san es de la que se enamora Pinkerton” en un relato en el que también se ve “cómo eso se destruye”, como las termas, y se aprecia “un antes y un después».

El marco “ayuda mucho a la historia”, en la que el argumento “sigue siendo el mismo, el de una chica que se enamora de alguien que no le corresponde” y quien Ollé definió como “esa clase de hombres que piensa que por tener mucho dinero pueden hacer lo que quieran».   El director teatral adelantó que la puesta de escena de la primera parte “es una especie de paraíso, de jardín, de naturaleza, todo verde” mientras que en la segunda “es una especie de construcción, de unos bloques de pisos».

Al final, “quedan como si fuera casi la periferia de una ciudad, una especie de barraca o lugar destruido donde vive Cio Cio san».   Para crearlo, dijo haberse inspirado en la representación de Sídney, donde el año pasado se representó la obra sobre un escenario flotante y con la bahía de la capital australiana como marco natural.   Al igual que entonces, en Roma utiliza “un espacio exterior, un escenario en el de Marzo con una ciudad de fondo y dentro del parque volcánico».

Una producción “parecida” que ha tenido que ser acoplada a un “espacio fantástico” que también busca “mezclar tradición y modernidad».   La propia historia “tiene que ver mucho con la nostalgia de finales de siglo XIX, de los paraísos perdidos, cuando Occidente colonizó los lugares más recónditos del planeta, de África, Asia, Oceanía” pero ha sido actualizada.   “Se inspira en ese momento y yo lo que he querido es actualizarlo, traerlo a hoy y aproximarlo al público porque es un clásico” que, para Ollé, “contiene la misma esencia».

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