Ruiz de la Prada derrocha color en Madrid frente a la placidez de Duyos

Ruiz de la Prada derrocha color en Madrid frente a la placidez de Duyos

Madrid. Agatha Ruiz de la Prada derrochó hoy color en la apertura de la 62 FashionWeek Madrid, aunque lo hizo con una paleta más contenida de lo habitual en sus diseños, mientras que Roberto Verino y Juan Duyos reivindicaron una vida plácida, sin ruidos ni agobios para que la mujer sea feliz y esté guapa.

Una primera jornada que mostró una pasarela cada vez más marcada por el optimismo en un momento en el que la moda, uno de los sectores más afectados por la crisis, comienza a ver la luz al final del túnel, lo que se traduce en nuevos proyectos, cierto repunte en las ventas y unas colecciones más alegres.   En el caso de Ruiz de la Prada, sus icónicos vestidos globo, nube y corazón desaparecieron del ‘desfile-espectáculo’ para dejar paso a prendas de estilo “casual-chic”, con prendas cómodas con alma comercial y cuidada costura.

En una pasarela tapizada con corazones amarillo canario, color que simboliza el estío, De la Prada comenzó su viaje al verano con prendas de punto, en tonos relajados, como el rosa palo y el azul bebé, aunque fiel a su paleta cromática, no faltaron vistosos verdes, corales y magentas.

Un sutil cambio en el imaginario de Agatha Ruiz de la Prada, una diseñadora de larga carrera y que ahora tiene como clienta a Miley Cyrus, que eligió dos de sus diseños para presentar la gala de los premios MTV.   “Me emociona que, después de 30 años, Miley Cyrus, una de las ‘celebrities’ del momento, luzca en una misma noche, dos modelos con sello Agatha”, contó a Efe la creadora.

Un estilo muy diferente el del gallego Roberto Verino que, con “Un balcón al mar”, subió a la pasarela prendas que invitan al relax y a iniciar un viaje en barco por la costa mediterránea española, “con prendas cómodas de rayas marineras y estampados que trasladan a la felicidad”, explicó a Efe el diseñador.

Túnicas, monos y vestidos de líneas sensuales, que dejan entrever mucha piel, estampadas con motivos vegetales y en tonos planos, rojo bermellón y verde esmeralda, en una clásica sinfonía de piezas que se adaptan al protocolo que exige las horas del día- mañana, tarde y noche.

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