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POR GERMAN MARTE
Cincuentinueve municipios del país se rigen por presupuestos participativos mediante los cuales la comunidad es la que decide, democráticamente, en qué se van a invertir los recursos que recaude el cabildo.
Al hacer la afirmación, el presidente de la Federación Dominicana de Municipios (Fedomu), Fausto Ruiz, subrayó que el presupuesto participativo es una herramienta con que cuenta la municipalidad para contribuir a que la gestión municipal sea innovadora y eficiente.
«Es una actividad romántica, apasionante. Una expresión increíble de la democracia», expresó entusiasmado el también síndico de La Vega, cuyo municipio se rige por este sistema que se empleó por primera vez en Porto Alegre, Brasil, en 1989, y que cada vez gana más popularidad.
Afirmó Ruiz que el presupuesto participativo es un instrumento ideal para fomentar el desarrollo del liderazgo local, porque involucra a los líderes comunitarios en la toma de decisiones, en la ejecución de las obras, en la fiscalización de la calidad de las obras que se construyen. Añadió que este sistema contribuye a que la gestión municipal sea más eficiente e innovadora.
En la implementación de este modelo presupuestal Fedomu ha contado con la colaboración de la Unión Europea a través del Programa de Apoyo a la Reforma y Modernización del Estado, la Agencia de Cooperación Alemana (GTZ), Participación Ciudadana y el Consejo Nacional de Reforma del Estado (Conare).
Asimismo, Fedomu firmó un acuerdo con la UASD para que estudiantes de términos de ingeniería de esa casa de altos estudios hagan su pasantía fiscalizando las obras de ingeniería que ejecutan los ayuntamientos que aplican presupuesto participativo.
LA PARTICIPACION DE LA GENTE
La modalidad del presupuesto participativo consiste en que el ayuntamiento toma la parte de su presupuesto correspondiente a la partida de inversión (40% de la asignación que recibe) y somete a consideración de la comunidad un menú de obras que les son posible realizar con esos fondos, para que esta decida cuáles son las prioridades y elija una unidad de seguimiento que se encargará de fiscalizar las obras y el uso dado a los recursos.
«Se hace entonces un calendario de ejecución y de entrega de las obras, que la comunidad, a través de la unidad de seguimiento, fiscaliza, controla» y evita que se roben los materiales o que las obras sean de mala calidad, explicó Ruiz.
A los miembros de la unidad de seguimiento también hay que rendirles cuenta de cómo se gasta el dinero en cada obra, y estos a su vez lo informan a todos los miembros de sus respectivas organizaciones.
«En términos reales, esto significa transferir el poder de decisión al pueblo, a través de la sociedad civil», expresó Ruiz, con evidente satisfacción. Entretanto, la síndica de Pimentel, María Cándida Sánchez, acotó que a los miembros de las unidades de seguimiento se les capacita y se les instruye sobre la obra que se está construyendo, para que sepan cómo debe hacerse y reporten al ayuntamiento si ven «algo raro».
De su lado, el síndico de La Romana (del PLD), quien también es vicepresidente de Fedomu, afirmó que el presupuesto participativo hace que la gente crea en sus autoridades locales.
Entre los ayuntamientos donde se aplica parcial o totalmente el presupuesto participativo están el de La Vega, Pimentel, Santiago, Bonao, La Romana, Santo Norte y Santo Domingo Oeste y Santo Este. Empero, no se aplica en el Distrito Nacional.
EL PRESUPUESTO PARTICIPATIVO
En 1989 el ayuntamiento de Porto Alegre, Brasil, creó un sistema innovador y revolucionario para formular y dar seguimiento al presupuesto municipal, y adoptó desde entonces un Presupuesto Participativo.
En este sistema no participan únicamente los técnicos y las autoridades del gobierno municipal, decidiendo sobre la recaudación de impuestos y el gasto de los fondos públicos, encerrados en sus oficinas. Es la población, a través de un proceso de debates y consultas, quien determina y decide la cuantía de los ingresos y los gastos, así como dónde y cuándo realizar las inversiones, cuáles son las prioridades y cuáles son los planes y acciones que debe llevar a cabo el gobierno municipal.
Porto Alegre, con más de un millón trescientos mil habitantes, fue la primera ciudad en implementar el presupuesto participativo, a esta le siguieron otras ciudades brasileñas.
En República Dominicana se comenzó a implementar hace dos años, y ya hay 59 municipios que lo aplican. Aun faltan que lo apliquen cabildos tan importantes como el del Distrito Nacional.
