Rumbo a la Nochebuena

<p>Rumbo a la Nochebuena</p>

HÉCTOR MINAYA
Estos son días mágicos, que encaminamos sus horas hacia la Nochebuena. Por ello, vamos a apartarnos unos instantes del tono habitual, de la rectificación fiscal, de la reelección, de la convención…. etc.. para recodar una historia, intensamente aromada por la leyenda.

Ocurrió allá en el fondo de los siglos, aquel Hombre y aquella Mujer, siguiendo las órdenes del gobernador Cirino, recorrieron el trecho que va desde Nazareth a Belén. Cansados de la andanza buscaron albergue en un establo, donde había dos asnos y un manso buey.

El Hombre sale de la cueva y al regresar a ella, un niño recién nacido estaba en los brazos de ella. La mujer se llamaba María. El Hombre de llamaba José. Y aquel niño nacido en el humilde establo, estaba predestinado a cambiar la historia del mundo. Tanto, que desde ese momento, esa historia se dividió en dos: Antes de…y Después de Cristo. Más lejos del lugar, un ángel se apareció en el sitio donde conversaban unos pastores, los rodeó con un halo de luz y les anunció la llegada del Mesías.

¿Realidad o sueño? ¿Sueño o realidad? A infinidad de lunas, encantos y desencantos, grandezas y ruindades, conquistas y retrocesos, los dos términos se entrelazan, ya que es imposible establecer el límite exacto en el cual acaba uno y empieza el otro. Lo cierto es, que hombres y mujeres de todas las latitudes, se abrazan al recuerdo del milagro que provocó aquel alumbramiento y a la fe profunda que de él se desprende. Ubicados en la realidad de hoy, basta echar una mirada el convulsionado mundo que vivimos, entre atentados, amenazas, enfrentamientos, incertidumbres angustias, fanatismos, intolerancias…para comprobar que es muy pequeño el espacio que le queda a la esperanza. Sin embargo, la criatura humana, en una u otra forma ha salido victoriosa.

Por unas horas vamos a olvidar la influencia negativa que nos arrastra, para revivir junto al árbol de luz y el amor de la familia, las esperanzas de un futuro feliz y venturoso, mientras nos encaminamos hacia la Nochebuena y la Navidad.

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