«Rumores infundados»

«Rumores infundados»

ÁNGELA PEÑA
El doctor Fernando Luna Calderón, director del Museo Nacional de Historia Natural, escribe una carta para aclarar en torno a rumores circulantes dando cuenta de que quieren retirarlo de ese cargo, que comenté la semana pasada:

«Hace sólo unos días que me informaron de la existencia de un artículo de su bien reputada pluma, en el prestigioso diario HOY, cuyos detalles aparecen en la referencia. Después de leer detenidamente sus reflexiones y preocupaciones en referencia a comentarios de terceros sobre supuestos planes para deponerme del cargo que actualmente ocupo, puedo asegurarle que sin dar crédito a los mismos he procedido a indagar sobre el particular. Para su información he sostenido varias reuniones con las autoridades supremas institucionales y nacionales del país y me han confirmado de manera firme que tales rumores y comentarios son infundados y que los mismos carecen de justificación alguna.

No quisiera desaprovechar esta oportunidad para ofrecerle una panorámica general de las grandes cosas que actualmente estamos haciendo en el Museo, con el apoyo decidido del Honorable Señor Presidente de la República, Dr. Leonel Fernández Reyna, el Honorable Señor Secretario de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Dr. Max Puig y el Honorable Señor Secretario de Estado de Cultura, Dr. Rafael Lantigua, quienes me han asegurado que no se escatimarán esfuerzos para que las y los dominicanos contemos en poco tiempo con un Museo Nacional de Historia Natural completamente renovado y a la altura de sus instituciones hermanas del resto del mundo.

Correspondiendo pues a sus preocupaciones y en su calidad de comunicadora social creo oportuno ofrecerle como primicias los detalles siguientes:

La planta física de nuestro Museo está en condiciones óptimas de salubridad, al concluir el proceso de desinfección rigurosa a que fue sometido. Un operativo de remozamiento de toda la infraestructura museística, laboratorios, áreas para acopio de colecciones científicas, exhibiciones, facilidades instaladas de nuestro sistema educativo interno, entre otros.

Agradezco profundamente su indulgencia al valorar de manera tan elevada mi trabajo y mi persona, pero no creo ser merecedor de tanto. Mi gran inspiración es tan solo mi humilde vocación de servicio y mi profundo amor por la humanidad.

Sinceramente,

Dr. Fernando Luna Calderón».

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