Rumsfeld: superaremos casos abusos iraquíes

Rumsfeld: superaremos casos abusos iraquíes

ABU GHRAIB, Irak.- El secretario de Defensa estadounidense Donald Rumsfeld visitó la cárcel iraquí de Abu Ghraib el jueves y dijo a las tropas que «superaremos» el escándalo internacional provocado por los abusos a prisioneros. Al arribar con el general Richard Myers, jefe del Estado Mayor Conjunto, Rumsfeld admitió que el escándalo era «un golpe doloroso para todos nosotros».

Muchos políticos de oposición, editoriales de diarios y comentaristas han pedido la renuncia de Rumsfeld tras la difusión de las fotos en las cuales soldados estadounidenses aparecen maltratando a prisioneros. El presidente George W. Bush, sin embargo, le ha dado un voto de confianza.

«He dejado de leer los periódicos», dijo Rumsfeld a las tropas. «Hay que mantener mantener la cordura. Yo soy un sobreviviente».

Añadió que está resuelto a que los culpables sean castigados.

«Los que participaron de los abusos serán juzgados», dijo Rumsfeld.

[b]Tropas de otros países[/b]

Rumsfeld declaró a soldados estadounidenses reunidos por su visita sorpresa que pensaba que nuevos países iban a entrar en la coalición en Irak dirigida por Estados Unidos.

«Si podemos obtener una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU -y pienso que así será- podría ser (…) que varios países vengan a reforzar las tropas (de la coalición en Irak). Sería une cosa muy buena», afirmó, precisando que su país estaba en discusiones con varios Estados, sin dar más detalles.

El secretario de Defensa dio una vuelta en el centro de detención a bordo de un vehiculo blindado bajo la mirada de cientos de detenidos iraquíes, que no dudaron en manifestarle su hostilidad.

«Quiero escuchar a los responsables a cargo diariamente de las operaciones relacionadas con los prisioneros», había declarado Rumsfeld a los periodistas en el avión que lo llevó a Bagdad.

«Estamos preocupados por ver a los detenidos bien tratados, ver a nuestros soldados comportarse correctamente y queremos que la línea de mando funcione bien», agregó.

Pero el secretario de Defensa, acompañado del jefe de estado mayor conjunto Richard Myers, insistió en que no iba a Bagdad para tratar de cubrir el escándalo. «Si alguien piensa que voy allá (Irak) para echarle agua al fuego, se equivoca», dijo.

La visita se produce en el momento en que el escándalo por las torturas aplicadas por soldados norteamericanos a prisioneros iraquíes complica seriamente a la administración estadounidense y al secretario de Defensa en particular.

[b]Siguen enfrentamientos[/b]

En el centro de Irak, la situación seguía siendo tensa, nuevos enfrentamientos estallaron entre milicianos del jefe radical chiíta Moqtada Sadr y las fuerzas de la coalición, dirigida por Estados Unidos.

Un viva tensión reinaba también en Kerbala, la otra ciudad santa chiíta del centro del país, un día después de combates que provocaron 22 muertos entre los milicianos chiítas, según el ejército estadounidense.

De su lado, el Consejo supremo de la revolución islámica en Irak (CSRII), movimiento chiíta representado en el Consejo de gobierno iraquí, muy crítico del líder radical Moqtada Sadr y sus partidarios, llamó a una gran marcha el viernes en Nayaf contra la presencia de las milicias armadas.

Pero unas horas más tarde, se retractó, anunciando la postergación sine die de la manifestación y negando que haya habido presiones de los grandes jefes religiosos para anularla.

Uno de los religiosos del CSRII, jeque Sadreddin Kubbanji, multiplicó en los últimos días los llamados para que se vayan de Nayaf la milicias armadas.

Por otra parte, un oficial estadounidense en Mosul (norte) indicó que responsables norteamericanos habían «fuertemente aconsejado» a Nicholas Berg, el joven estadounidense decapitado en Irak, que se fuera del país.

Nicholas Berg había sido detenido el 25 de marzo en Mosul por la policía iraquí, sin documentos de identidad, y el FBI había «pedido (a la policía) que lo retuviera hasta que fuera identificado», declaró el general Carter Ham.

«Fue liberado (el 8 de abril) a solicitud del departamento de Estado (…). Le fue vivamente aconsejado que se fuera del país, y se le propuso una ayuda», agregó.

Dos soldados estadounidenses fueron muertos el miércoles, uno por la explosión de una bomba al paso de su convoy en Bagdad, el otro, un infante de marina desplegado en la provincia de Al-Anbar (oeste), durante «operaciones de seguridad» no precisadas por el ejército.

Estos últimas muertes hacen llegar a 777 el número de soldados estadounidenses fallecidos en acción o en accidentes desde que comenzó la guerra en marzo de 2003, según un balance establecido a partir de anuncios del ejército norteamericano.

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