Rusia acusa en ONU a Occidente por situación en Siria; Estados Unidos ayuda a rebeldes

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NUEVA YORK. AFP. El canciller ruso, Sergei Lavrov, acusó el viernes en la Asamblea General de la ONU a Occidente de agravar la situación en Siria por no aplicar el acuerdo de Ginebra para una transición pacífica en ese país, mientras Estados Unidos anunciaba nuevas ayudas a la oposición civil.  

«Aquellos que se oponen a la aplicación del comunicado de Ginebra asumen una enorme responsabilidad. Insisten en un alto el fuego que sería impuesto solo al gobierno y alientan a la oposición a intensificar las hostilidades», denunció el canciller ruso.  

«Al hacer eso, empujan a Siria aún más profundamente» a la guerra civil, agregó, exigiendo la implementación de esa propuesta adoptada el pasado 30 de junio en Ginebra por un grupo de países que no incluye ningún llamamiento para que dimita el presidente sirio, Bashar al Asad, algo inaceptable para Occidente.  

Considerada una «calamidad» y un riesgo para la paz mundial, la guerra civil en Siria continúa sin que Naciones Unidas haya encontrado algún modo de frenarla, a raíz del bloqueo de Rusia y China a toda propuesta en el Consejo de Seguridad.  

Al margen de la gran cita anual de Naciones Unidas, la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, anunció una ayuda adicional de 45 millones de dólares de su país a la oposición civil en Siria.  

De ese monto, 30 millones de dólares se destinarán a ayuda humanitaria, lo que eleva a 130 millones el total aportado por Estados Unidos en ese aspecto, y los 15 millones restantes irán directamente a la oposición, precisó Clinton durante una reunión con el grupo de países «Amigos de Siria».  

En el encuentro participaron nueve activistas sirios que han trabajado con comités de coordinación local en ciudades como Homs. Algunos de ellos viajaron desde Siria hasta Nueva York para exponer cuáles son sus necesidades sobre el terreno en este conflicto interno que ya lleva 18 meses y ha costado unas 30.000 muertos, según cifras de la oposición.  

Al abrir la reunión, Clinton afirmó que Irán hará todo lo posible para proteger al régimen del presidente sirio, Bashar al Asad, al que calificó de «aliado y amigote» de Teherán.  

El otro gran tema de la Asamblea General ha sido el programa nuclear iraní y el viernes Lavrov sorprendió al hacer apenas mención a la cuestión tras la exigencia de Israel de establecer una «línea roja» contra Teherán.  

Lavrov pidió «reforzar la confianza y los principios colectivos en la vida internacional con énfasis en continuar negociaciones para soluciones de compromiso» ante crisis como la de Medio Oriente, Irán o Afganistán.  

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, exigió el jueves a la ONU poner un límite preciso a las ambiciones nucleares de Irán, advirtiendo que el futuro del mundo depende de impedir que la República Islámica se haga con la bomba atómica.  

El presidente estadounidense, Barack Obama, había dicho el martes en la misma tribuna que haría «todo lo necesario» para evitar que Teherán desarrolle capacidades nucleares militares.  

El viernes, durante una conversación telefónica, Obama y Netanyahu «subrayaron que están enteramente de acuerdo sobre el objetivo común de impedir que Irán obtenga un arma nuclear», precisó la Casa Blanca en un comunicado.  

Estados Unidos se ha resistido a los pedidos para poner una fecha límite a su advertencia, pero los cancilleres de las potencias mundiales instaron el jueves a Irán a dar respuesta «urgente» a las exigencias de la comunidad internacional sobre su programa nuclear.  

El ministro alemán de Relaciones Exteriores, Guido Westerwelle, instó el viernes a Irán a «dejar de ganar tiempo», reafirmando ante la Asamblea General de la ONU que la comunidad internacional quiere «una solución política y diplomática».  

Según Israel, el programa nuclear iraní ya avanzó un 70% en ese proceso de enriquecimiento de uranio necesario para tener la bomba atómica y al ritmo actual estaría en condiciones de conseguirla a mediados del año próximo.  

Irán respondió al discurso del dirigente israelí prometiendo «contraatacar con toda su fuerza» a cualquier ataque, luego de que su presidente Mahmud Ahmadinejad acusase el miércoles ante la Asamblea General a las potencias occidentales de ejercer una «intimidación» nuclear contra su país.  

Del lado de América Latina, en tanto, el canciller de Nicaragua, Samuel Santos, defendió de manera enérgica a Venezuela y Cuba de los ataques de Estados Unidos, en un discurso en el que criticó con dureza al capitalismo.  

Por su parte, su homólogo chileno, Alfredo Moreno, señaló que Bolivia no tiene derecho a exigir a Chile una salida al mar, al rechazar «categóricamente» el pedido del presidente boliviano, Evo Morales, de revisar un tratado de paz firmado en 1904.  

Por último, los cancilleres de Argentina e Israel conversaron en la ONU sobre el mortífero atentado contra la mutual judía de 1994 en Buenos Aires, después de que el gobierno israelí se declarara desilusionado por el diálogo lanzado por Buenos Aires y Teherán sobre ese asunto.  

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