Rusia duda autopsia Milosevic; tomó
fármaco contraindicado

Rusia duda autopsia Milosevic; tomó <BR>fármaco contraindicado

LA HAYA (AFP).- Un toxicólogo holandés afirmó ayer, lunes, que el ex presidente yugoslavo Slobodan Milosevic, fallecido el sábado en su celda de un infarto de miocardio, tomó de manera deliberada un medicamento contraindicado, pero Rusia ha puesto en entredicho la autopsia practicada en La Haya.

Paralelamente, las autoridades serbias tratan de salvar los obstáculos que les genera la organización de las exequias de Milosevic, muerto en la prisión del Tribunal Penal Internacional (TPI) para la ex Yugoslavia, donde estaba siendo juzgado por genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra.

El elemento más novedoso llegó el lunes de manos del toxicólogo holandés Ronald Uges, quien afirma que unos análisis de sangre efectuados hace dos semanas a Milosevic muestran que éste tomaba un medicamento que contiene rifampicina, fármaco que anula el efecto de los tratamientos contra la hipertensión. “Tomó ese medicamento por su cuenta y lo hizo para obtener así un viaje de ida a Moscú”, agregó, sin aportar prueba alguna de que el ex dirigente, apodado el Carnicero de los Balcanes, decidiese ingerir voluntariamente esa sustancia.

Desde la muerte del principal acusado de las atrocidades cometidas durante los conflictos que ensangrentaron a la ex Yugoslavia durante la década de los noventa, con un saldo de más de 200.000 muertos, surgieron diversas hipótesis que especulaban con un suicidio o un envenenamiento.

Milosevic pidió en diciembre al TPI su traslado a Moscú para someterse a cuidados médicos pero le fue denegada la solicitud por considerar que recibía el tratamiento adecuado en la Haya y existía el riesgo de que no regresase si partía a Rusia, gran aliado de su régimen.

Moscú asegura que su embajada en Holanda recibió el sábado, día de su muerte, una carta del ex presidente en la que se quejaba de que tratamiento administrado por los médicos del TPI era “nocivo para su salud” y reiteraba su deseo de viajar a Rusia.

Además, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov, puso en duda la autopsia realizada el domingo, cuyas conclusiones preliminares mencionan un infarto de miocardio.

“Si ellos no nos creyeron (cuando Rusia ofreció garantías para atender a Milosevic en Moscú), también nosotros tenemos derecho a no creer y no confiar en los que hicieron este examen” anatómico, declaró, añadiendo que un equipo de médicos rusos viajará a La Haya.

Uno de estos doctores, el cardiólogo ruso Leo Bokeria, sostuvo que el ex presidente murió por falta de cuidados, cuando en realidad los problemas que padecía tienen solución “en decenas de países”.

Queda por resolver otro de los temas espinosos: sus funerales.

“La decisión definitiva de (su esposa) Mira Markovic y de (su hijo) Marko es que los funerales se celebren en Belgrado”, anunció Zdenko Tomanovic, el abogado de la familia.

El presidente de Serbia, Boris Tadic, descartó ya la celebración de funerales de Estado, pese a las presiones de los círculos nacionalistas.

El problema es que la celebración de las exequias en la capital serbia suponen el regreso de la esposa del ex presidente, sobre la que pesa una orden de arresto internacional por abuso de poder.

El hijo del difunto, Marko Milosevic, solicitó y consiguió un visado de tres días para recuperar los restos mortales de su padre en Holanda.

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