Recordaremos que Siria formó parte del Imperio Ottomano por muchos años, como Estado toma cuerpo después de la Primera Mundial, divisiones marcadas sobre un mapa realizadas por Francia e Inglaterra según el acuerdo secreto Sykes-Picot. Rusia era un miembro menor del acuerdo pero a la sazón se ocupaba en su Revolución de 1917, y no tomó parte activa. Francia se interesó en la parte oeste y sur hasta el Beirut. Aunque los ingleses y la Rusia zarista trataron de sentar bases en Turquía fueron derrotados en varias escaramuzas por los turcos dirigidos por Mustafá Kemal Atartük.

La Segunda Guerra Mundial no varió las influencias territoriales sobre Siria, quizá más bien las reforzó. Rusia, si bien potencia ganadora en esa guerra, salió maltrecha de ella, había perdido 20 millones de personas y aunque logró extender sus territorios formando lo que se llamó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS, su carrera armamentista contra los Estados Unidos de América, EE.UU. la mantuvo enfocada en ese país, en Europa y desde luego en mantener su control sobre las repúblicas anexadas.

En Siria surgía Hafez al-Asad de extracción humilde, recibió instrucción militar y por su valía fue enviado a Rusia a completar su formación con los militares soviéticos. Se inscribió en el Partido Socialista Baath Árabe en 1947, se opuso activamente a la unificación de Egipto y Siria, al fracasar la unificación, su prestigio aumentó y fue nombrado Jefe de la Fuerza Aérea Siria en 1964. En la Guerra de los Seis Días, 1967, Siria perdió parte de su territorio y su Fuerza Aérea pero, a pesar de eso, su prestigio aumentó y en 1970 aprovechó su posición para dar el golpe de Estado que ha mantenido en el poder a su familia desde entonces.

Ya para el 1971, la URSS y Siria firmaron el acuerdo Ba’ahtist Siria, mediante el cual Siria permitía a la Unión Soviética un puerto para reabastecer y reparar su flota en el Mediterráneo, sin tener que llegar a su base naval en el Mar Negro. Hafez logró introducir modificaciones en sus fuerzas armadas y, con la ayuda de la URSS, la volvió a equipar, se unió a Egipto contra Israel en la guerra de Yom Kippur, cuyo objetivo era recuperar los Altos del Golán. Nuevamente fue derrotado y como antes su prestigio quedó sin mella; sin embargo, esto le sirvió para acercarse más a la URSS.

El heredero de Hafez al-Asad, su hijo Bashar al-Asad, dentista graduado en Londres y casado con una economista de reconocimiento mundial, al parecer no heredó el “flair” político de su padre, ha gobernado con mano dura, quizá más que su padre, en consecuencia se levantó un grupo opositor al que Bashar ha reprimido con saña pero no ha logrado eliminar. Esta situación abrió la oportunidad a otros para intervenir en Siria.

Así las cosas, el territorio sirio está fraccionado en cinco partes gobernadas por: al-Asad que controla la zona occidental, incluye toda la costa mediterránea; los yihadistas del Estado Islámico de Iraq; el Levante o ISIS; Al Qaeda y el frente opositor inicial. Algunos de estos combaten ferozmente entre sí. Mientras Francia y los EE.UU. bombardean áreas estratégicas.

Los rusos tienen desde 1971 un puerto en Tartús que sirve de reabastecimiento y reparación de su flota en el Mediterráneo sin tener que llegar al Mar Negro, lo que los obligaría a navegar por el estrecho del Bósforo (Turquía). Al parecer, aquí yace la causa de que Rusia no haya querido participar en ninguna negociación contra Bashar al-Asad y la razón de que finalmente decidiera bombardear las áreas que no pertenecen al gobernante.

Occidente, con buen sentido, ha querido desalojar del poder a Bashar al-Asad sin comprometer tropas sobre el terreno, por lo tanto, Francia y Estados Unidos de América, EE.UU. iniciaron bombardeos al territorio controlado por al-Asad. Rusia se mantuvo al margen pero, desafortunadamente, recientemente ha comenzado a bombardear a los contrarios a Bashar. Cazas bombarderos de Rusia, EE.UU. y Francia sobrevuelan y bombardean el territorio sirio simultáneamente, hasta ahora no hay un protocolo de vuelo entre esos países. Así surge la posibilidad de un enorme peligro si se comete un error: choque o tiroteo, por involuntario que sea y caiga algún caza ruso o viceversa.