Rusia es el mercado más odiado por los inversionistas

Rusia es el mercado más odiado por los inversionistas

El mercado más odiado del mundo es Rusia, según los cálculos de Goldman Sachs que recoge Matthew Lynn, director ejecutivo de la consultora londinense Strategy Economics, en un trabajo que publica en El Economista.es.

En el mercado ruso se comercia a la mitad del nivel del chino y a menos del 40% de la media de los mercados emergentes. Es el más barato de los 21 principales mercados emergentes.

El índice MICEX de referencia está anclado en 1,500, muy por debajo del cierre máximo de 2,000 que alcanzó allá por 2007.

Lynn reconoce que hay muchos motivos para que no nos guste Rusia y no se trata solo de la naturaleza hostigadora y autoritaria de su gobierno.

“El crecimiento amaina, todavía depende peligrosamente de su industria petrolera cuando el precio de la energía cae, tiene una demografía horrible, la corrupción es endémica y ha demostrado muy poca capacidad para crear la economía diversificada que han construido otros mercados emergentes”.

Sin embargo, Lynn advierte que no todo es negativo. “Rusia cuenta con una mano de obra cualificada, un potencial enorme para ponerse al día con el mundo desarrollado, unas finanzas estatales sólidas, baja fiscalidad y unas infraestructuras en mejoría.

Es el mercado en crecimiento más barato del mundo y los inversores deberían fijarse en él”.

Rusia tiene un problema y es el de que su crecimiento estuvo propulsado principalmente por la expansión de sus industrias del petróleo y el gas, ayudadas por el aumento de los precios de la energía.

“Ahora que el petróleo cae aparecen los problemas y si Europa consigue desarrollar el gas de esquisto (hay mucho en el Reino Unido, Francia y Polonia), la situación de Rusia será todavía peor”, advierte Lynn.

Este año la economía rusa apenas se expande a un ritmo del 12%, muy por debajo de los pronósticos. La inflación sigue siendo alta, de más del 6%, e impide al banco central recortar intereses para infundir algo de vida en la economía.

La corrupción todavía es endémica y dificulta la aparición de nuevas empresas y mercados realmente competitivos. Por último, la baja natalidad y el alto índice de mortalidad hacen que la población disminuya un 0.5% al año.

 

Publicaciones Relacionadas

Más leídas