Moscú. EFE. Rusia conmemoró ayer el 65 aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi con la tradicional parada militar en la Plaza Roja, en la que este año desfilaron por primera vez soldados de los países aliados en la II Guerra Mundial.
En su discurso desde la tribuna, el presidente ruso, Dmitri Medvédev, destacó la presencia de tropas de los países integrantes de la coalición antihitleriana, así como de tropas de los Estados miembros de la postsoviética Comunidad de Estados Independientes (CEI).
«Esta formación única es un testimonio de nuestra voluntad común de defender la paz y no permitir una revisión de los resultados de la guerra, de no permitir nuevas tragedias», dijo.
El jefe del Kremlin llamó a la unidad para hacer frente a los nuevos desafíos y amenazas globales. «Sólo juntos podemos hacer frente a las amenazas actuales, sólo sobre la base de la buena vecindad podemos solucionar los problemas de seguridad global, para que los ideales de la justicia y el bien triunfen en todo el mundo, y la vida de las futuras generaciones sea libre y feliz», afirmó. «Las lecciones de la II Guerra Mundial nos llaman a la solidaridad. La paz es frágil, como lo ha sido siempre, y estamos obligados a recordar que la guerra no empieza de repente», dijo.
Subrayó que «en 1945 se alcanzó la victoria, no sólo militar, sino también moral, una victoria global», y señaló: «Esta guerra nos convirtió en una nación fuerte». Entre la treintena de líderes extranjeros presentes en la ceremonia se encontraban la canciller alemana, Angela Merkel, el presidente israelí, Simon Peres, y el dirigente chino, Hu Jintao.