Londres.- Rusia no participará en la investigación judicial abierta en el Reino Unido para esclarecer el fallecimiento en Londres del exespía ruso Alexander Litvinenko, envenenado en 2006 con polonio-210 tras reunirse con agentes de su país.
Así lo confirmó hoy el presidente de la investigación, el juez Robert Owen, quien leyó una carta del comité de investigación de la Federación Rusa en la que se niega a ser «participante central» de la pesquisa -con derecho a representación legal- por estar en desacuerdo con su prerrogativa de escuchar ciertos testimonios a puerta cerrada.
Owen precisó la posición del Estado ruso en una sesión preliminar de la investigación, que empezará a escuchar testimonios el 27 de enero, con otra audiencia previa el 16 de octubre.
En la sesión de hoy también se debatió si el proceso será televisado, algo sobre lo que el juez se pronunciará más adelante.
Owen abrió oficialmente la investigación judicial pública del caso Litvinenko el pasado 31 de julio, cuando expresó que el Estado ruso estaría en el centro de sus averiguaciones.
La investigación fue autorizada el 22 de julio por el Gobierno británico, tras ganar en los tribunales la viuda de Litvinenko, Marina, el derecho a que se celebrara, en lugar de la más restringida investigación de tipo forense.
El magistrado consideró de «importancia central» saber si Rusia estuvo implicada en la muerte de Litvinenko, si bien aclaró que no indagará sobre la posible responsabilidad del Gobierno británico a la hora de proteger al antiguo agente del KGB.
Litvinenko, que murió en un hospital de Londres el 23 de noviembre de 2006 a los 43 años, estaba exiliado en el Reino Unido desde el año 2000, tras lo cual empezó a trabajar, según su familia, para los servicios secretos británicos MI6.
El espía, que vivía con su mujer y su hijo en un barrio del norte de Londres, murió envenenado con polonio-210 después de haber tomado té en el hotel Millenium de Londres con dos antiguos colegas rusos.
Los exagentes del KGB Andrei Lugovoi y Dmitri Kovtun fueron identificados por la Policía británica como sospechosos de la muerte, si bien Rusia se ha negado a su extradición.
Las relaciones del Reino Unido con Rusia se deterioraron gravemente a raíz del caso Litvinenko y mejoraron algo con la llegada al poder en 2010 del actual Gobierno de David Cameron, si bien ahora vuelven a ser tensas por el conflicto en Ucrania. EFE