Rusia reanudó hoy el bombeo de petróleo a las refinerías bielorrusas tras más de tres días sin suministro debido a la falta de acuerdo sobre el precio para 2020, informó hoy el consorcio estatal bielorruso Belneftejim.
Las refinerías bielorrusas recibirán hoy 6.000 toneladas de crudo ruso después de operar bajo mínimos desde principios de año, según explicó Vladímir Sizov, vicepresidente de Belneftejim, a la prensa local. Por ello, agregó, no se ha visto afectado el tránsito de petróleo ruso con destino a los consumidores europeos, que asciende a 60 millones de toneladas anuales.
El consorcio bielorruso también adelantó que reanudará en breve la exportación de productos petrolíferos. La reanudación del suministro de petróleo ruso se debió gracias a un acuerdo puntual con compañías rusas, cuya identidad no ha sido revelada -algunas fuentes hablan de Russneft y Netfisa-, pero prosiguen las negociaciones para alcanzar un acuerdo general con el Estado ruso para todo el año.
Al respecto, Belneftejim recordó que el precio que paga Minsk será un 83 % de la media mundial y lamentó que, debido a la conocida como maniobra fiscal, en virtud de la cual Rusia reducirá a cero los aranceles a las exportaciones de petróleo para 2024, deba pagar este año un 5 % más. Belneftejim informó el sábado de que estaba buscando “activamente” alternativas al petróleo ruso en línea con la orden impartida por el presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko.
Después de ser incapaz de alcanzar un acuerdo con el presidente ruso, Vladími Putin, con el que mantuvo dos conversaciones telefónicas el 31 de diciembre, Lukashenko ordenó rastrear el mercado.
Entre las alternativas figuraría Polonia por gasoducto y los puertos letones por vía férrea, aunque no está claro cuándo sería viable dicho suministro a nivel logístico ni los precios que tendría que asumir Minsk. Lukashenko, quien estimó en 22-24 millones de toneladas el petróleo que Minsk tenía intención de importar de Rusia este año, advirtió de que, en caso de que no hubiera acuerdo con Moscú, podría verse afectado el tránsito con destino a Europa.
Explicó que si la situación se prolonga en el tiempo, Minsk podría verse obligado a utilizar dos de los tres hilos del gasoducto Druzhba (Amistad), lo que reduciría el tránsito de gas ruso de 60 millones de toneladas a 20 millones.
En el caso del gas, ambos países si llegaron a un acuerdo provisional justo antes de que concluyera el año, aunque sólo para enero y febrero. Lukashenko puso como condición para la importación de 20.000 millones de metros cúbicos de gas este año que el precio sea el mismo que en 2019 (127 dólares por cada mil metros cúbicos). El desacuerdo sobre los precios de los hidrocarburos rusos es el principal obstáculo en las negociaciones de integración entre ambos países.
Por ese motivo, el Kremlin no pudo hacer realidad sus planes de sellar un acuerdo con Bielorrusia con vistas al 20 aniversario del tratado de Unión Estatal que se celebró el pasado 8 de diciembre.
Lukashenko echó un jarro de agua fría a la integración a mediados de noviembre cuando advirtió de que no firmaría “ninguna hoja de ruta” si no se llegaba a un acuerdo en materia de suministro de hidrocarburos, apertura de mercados y levantamiento de barreras comerciales. Además, después de que Minsk rechazara la apertura de una base militar rusa en territorio bielorruso, aseguró que no firmará ningún documento que limite la soberanía nacional, aunque los expertos consideran que dicha unión estatal será meramente nominal.