Rusia – Ucrania: Guerra Inminente ¿Cómo evitarla?

Rusia – Ucrania: Guerra Inminente ¿Cómo evitarla?

Rusia – Ucrania: Guerra Inminente ¿Cómo evitarla?

Todo pareciera indicar que una invasión de Rusia a Ucrania y en consecuencia, el estallido de una guerra en Europa es inevitable e incluso inminente.

El presidente de Estados Unidos Joe Biden ha urgido a los estadounidenses en suelo ucraniano a abandonar de inmediato ese país en la noche del pasado jueves.  

Pocas horas después, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, advirtió desde Melbourne, Australia que una «invasión rusa» a Ucrania sería inminente.

Incluso, que podría ocurrir antes de que finalicen los Juegos Olímpicos de Invierno que se desarrollan en la actualidad en Beijing, China.   

De su lado el presidente chino Xi Jinping ha ejercido presión a fondo para que no ocurran hechos en el mundo que puedan desviar la atención sobre los juegos olímpicos que se celebran allí en China.  

Lee más: Rusia y Ucrania: 5 formas de evitar una guerra entre ambos países

Sin embargo, la afirmación de Blinken desde Melbourne, Australia, de que incluso antes de que finalicen esos juegos olímpicos en China podría haber una invasión de Rusia a Ucrania, parecería indicar que esta guerra es inevitable e inminente.  

De hecho, ante las crecientes amenazas de un ataque ruso a Ucrania, Biden y Putin hablaron el pasado sábado por espacio de una hora por teléfono a pedido de Estados Unidos.

Sin embargo, no hubo ningún cambio fundamental en la dinámica desplegada en las últimas semanas que permitan asegurar que se tomará el camino diplomático y no una confrontación bélica en Ucrania.  

¿Cómo evitar esta guerra?

El escenario de este conflicto inminente seria Europa, un continente que ha vivido dos guerras mundiales en el siglo pasado y que no va a quedarse de brazos caídos, viendo como estalla un tercer conflicto cuyas consecuencias son inimaginables.

Entonces como Europa es el escenario, hasta el último momento existe la posibilidad de una negociación que logre un acuerdo.   

Las claves para la búsqueda de ese acuerdo podrían estar en la solución de la crisis de los misiles de 1962. Cuando los estadounidenses descubrieron que en la isla de Cuba había misiles nucleares soviéticos de alcance medio R-12.  

El presidente estadounidense John F. Kennedy amenazó con invadir a Cuba. Nikita Kruschev, líder soviético no daba indicios de entrar en razón.

Cuando todo parecía marchar hacia una guerra que podría llegar a ser nuclear, apareció la clave para un acuerdo.  

La Unión Soviética aceptó retirar los misiles nucleares que había desplegado en Cuba bajo la Operación Anádir y a cambio de ello Estados Unidos retiró los misiles nucleares de alcance medio Júpiter estacionados en Turquía, que desde la costa sur del Mar Negro amenazaban el territorio soviético.   

Pero además la Unión Soviética logró que Estados Unidos se comprometiera a no invadir jamás a la Cuba de Fidel Castro Rus.

Como podemos ver, la Unión Soviética, además de lograr el retiro de los misiles nucleares de Turquía, logró el compromiso de Estados Unidos de nunca atacar a la isla de Cuba y esos compromisos se cumplieron.   

Es cierto que Washington muchas veces, a través de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) trató de eliminar a Fidel Castro y su régimen, pero nunca inició una invasión ni nunca lanzó un bombardeo después de ese acuerdo.   

Antes de ese acuerdo estuvo el desastre de la invasión de Bahía de Cochinos en 1961, la operación militar en que cubanos del exilio apoyados por Washington invadieron Cuba en abril de 1961 para crear un gobierno provisional que reemplazaría a Fidel Castro y buscaría el apoyo de la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Comunidad Internacional. Pero, la operación fue aplastada por las tropas y las milicias de la Habana.   

Después del acuerdo que solucionó la crisis de los misiles entre John F. Kennedy por Estados Unidos y Nikita Kruschev por la Unión Soviética en 1962 no hubo jamás ni invasión ni bombardeos estadounidense contra Cuba.

Entonces esta podría ser la clave ahora.  

Rusia ha demandado que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) nunca incluya a Ucrania en ese esquema militar defensivo. La OTAN ha respondido que no puede ni aceptar ni firmar esa petición.   

Tomando como referencia la negociación de la crisis de los misies de 1962, se podría negociar que la OTAN se comprometa a no incorporar nunca a Ucrania, a cambio de que Rusia se comprometa al retiro de sus tropas que tienen un cerco asfixiante sobre Ucrania.  

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Este cerco militar avanza desde Bielorrusia al Norte, desde la península de Crimea al Sur, desde la frontera de Rusia con Ucrania al Oeste y desde Transnistria al Suroeste, la porción de territorio escindido de Moldavia entre el rio Dniéster y la frontera de Moldavia con Ucrania que le arrebataron los prorrusos.  

Allí en Transnistria, Rusia tiene tropas apostadas, en una base militar y esas tropas pueden llegar en solo algunas horas al puerto de Odesa, el más importante que le queda a Ucrania en el Mar Negro después de perder el puerto de Sebastopol y el resto de la península de Crimea cuando Rusia se la anexionó en 2014.  

Entonces se puede negociar que la OTAN se comprometa a no incorporar nunca a Ucrania, a cambio de que Rusia se comprometa a la retirada de sus tropas y no invadir ni atacar nunca a Ucrania como se comprometió Kennedy con Kruschev en el 1962.  

Luego de que se tenga esta parte del acuerdo vienen entonces los seguros o los candados, para se asegure la OTAN de que Rusia nunca va a invadir o atacar a Ucrania.  

Hasta ahora, si Rusia atacara a Ucrania, la OTAN no puede intervenir, como tal, al menos legalmente, pues su acta fundacional habla en su artículo 4 de que esta, entra en acción confrontativa solo y si uno cualquiera de sus Estados miembros es atacado por un actor externo y como Ucrania no es parte de la OTAN esta no puede legalmente intervenir.   

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Pero si la OTAN reformara su acta fundacional y modificara el artículo número 4 y deja claro que, si Rusia incumple y ataca a Ucrania, la OTAN va a actuar como si Ucrania fuera parte de esta, podría ser la base de un previsible acuerdo.   

Esta podría ser la solución para todos, pues le garantiza a Rusia que, al no incorporar la OTAN a Ucrania, esta nunca podrá poner misiles en Ucrania ni va a poder instalar bases militares ni tropas propias en Ucrania. Manteniendo a salvo Rusia su zona de seguridad.  

La OTAN también queda bien parada pues amplia su radio legal de acción y logra mantener la paz en Europa, esa paz que le ha permitido a este conjunto de países un desarrollo socioeconómico sin precedentes tras 73 años de vigencia de la alianza trasatlántica que se cumplirán este próximo 4 de abril. Ahí están las pautas para un posible acuerdo, resta conocer si existe la voluntad para alcanzarlo antes de que sea tarde.

Algunos podrían alegar que esa situación se está dando en Eurasia a decenas de miles de kilómetros de distancia de aquí.

Detalles

Sin embargo, un conflicto de esta naturaleza que envuelve a las principales superpotencias del planeta puede tener consecuencias inimaginables y a nosotros en este rincón periférico llamado el Caribe, puede terminar afectándonos.  

De hecho, los precios en el mercado internacional se han disparado durante la reapertura económica tras la pandemia y lo podemos ver en las materias primas, el petróleo y en los fletes marítimos, lo que junto a otros hechos ha dado como resultado que en países como Estados Unidos la tasa de inflación se haya disparado a un 7.5% algo que no se veía desde hace 40 años.   

También, en países de ingreso medios como República Dominicana se ha disparado la inflación llegando a alcanzar el 8.5% la tasa más alta en cerca de 15 años y la tercera más alta de América Latina.  

Un conflicto de escala global entre estas superpotencias, entre otras cosas, encarecería el crédito externo lo que pondría aún más difícil la situación económica y financiera de los países de ingresos medios y bajos que debido a la caída en sus recaudaciones fiscales han estado sobreviviendo recurriendo a los empréstitos internacionales para financiar sus operaciones durante la pandemia y la reapertura económica. 

Esto podría afectarnos sobremanera y más tomando en cuenta que funcionarios como el viceministro de Exteriores de Rusia Sergei Ryabkov, dejó entrever la posibilidad de que Rusia podría establecer infraestructura militar en Cuba y Venezuela. Como se puede ver este es un conflicto que podría tocarnos a todos de la manera más dramática.  

Es por ello que debemos preocuparnos de comprender los hechos que ocurren en cualquier parte del mundo porque de alguna manera nos afectan a todos. Que no lo entendamos, es otra cosa. 

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