JERUSALEN (AFP).- Rusia va a vender misiles a Siria pese a la oposición de Israel, dijo el martes el primer ministro israelí Ariel Sharon, quien desoyendo las amenazas de la ultraderecha insistió en que el retiro de Gaza se llevará a cabo en coordinación con los palestinos.

   «Escribí al presidente (ruso Vladimir) Putin y de la respuesta deduje que van a vender este tipo de armas a los sirios», afirmó Sharon a los periodistas en Jerusalén.

   «Esto nos preocupa y creemos que (la transacción) no debería llevarse a cabo», dijo, añadiendo que el gobierno ruso se comprometió a garantizar que las armas que venda a Siria no vayan a parar a manos «de terroristas».

   «Estamos descontentos con la venta de armas a Siria, sobre todo cuando se trata de armamento sofisticado como el que Rusia tiene la intención de venderle y que puede caer en manos de terroristas», añadió el primer ministro.

   Israel «está en contacto con los rusos para resolver este asunto y asegurarse de que las armas no lleguen a organizaciones terroristas radicadas en el Líbano», indicó en referencia a la milicia chiíta del Hezbolá.

   «Líbano es un eje de terrorismo e inestabilidad regional y ya hemos visto lo que ha sucedido» el lunes, comentó en alusión al asesinato en Beirut del ex primer ministro Rafic Hariri.

   Durante las últimas semanas se ha conjeturado sobre la venta de armas rusas a Siria, pero hasta ahora no fue anunciada oficialmente.

   En el mismo encuentro con los periodistas extranjeros en Jerusalén, Sharon dijo que su gobierno se ha coordinado con los palestinos para la retirada de la franja de Gaza, prevista este año.

   «Di instrucciones» para ello y «ya hemos empezado a coordinarnos» con los palestinos, adelantó.

   Pero dijo querer evitar que los grupos islamistas llenen el vacío que surja tras la retirada israelí de ese territorio.

   «Para nosotros es muy importante que no caiga en manos del Hamas, de la Yihad Islámica», sino que «sea la Autoridad Palestina la que tome el control», afirmó.

   «Esperamos que la retirada pueda aplicarse sin que se cometan acciones terroristas», dijo el primer ministro.

   El plan de retirada de la franja de Gaza suscitó una fuerte oposición de la extrema derecha israelí y los colonos, que se han propuesto arruinarlo.

   Haciendo oídos sordos a las amenazas de muerte de la ultraderecha contra él o sus ministros, Sharon repitió una vez más que no cambiará de política.

   «No estoy preocupado por mi seguridad personal» y las amenazas «no afectarán a mis planes», dijo a los periodistas.