Rusos acuden a urnas; Putin sin obstáculos

Rusos acuden a urnas; Putin sin obstáculos

MOSCU (AFP).- Rusia votará el domingo para elegir al que dirigirá su destino durante los cuatro años venideros, lo que representa un paso formal por las urnas para el actual presidente Vladimir Putin, que se encamina sin obstáculos hacia un segundo mandato.

Políticos, analistas y periodistas ya se adelantan a pronosticar lo que hará el presidente «saliente» con este apoyo popular: acelerar, como prometió, la modernización de Rusia para garantizar un crecimiento menos dependiente del petróleo y «erradicar la pobreza», o acentuar todavía más la influencia del Kremlin en los ámbitos económico y político sin hacer avanzar las reformas más dolorosas ni combatir la corrupción.

El antiguo miembro de los servicios secretos soviéticos, que goza desde su elección en el 2000 de una popularidad estable, tiene su victoria asegurada. Los últimos sondeos le conceden el 70% de las intenciones de voto, mientras que ninguno de sus adversarios supera el 5%.

Los opositores al jefe de Estado consideraron que estas elecciones presidenciales no tienen de democráticas más que el nombre.

«Estos comicios son breznevianos», consideró haciendo referencia a la época soviética el reformista Grigori Yavlinski que, al igual que otras personalidades, pidió un boicot.

La máquina administrativa y de los medios de comunicación trabajaron al servicio del poder, encargándose de suprimir la competencia.

Las televisiones nacionales han mostrado a Putin desde todos sus ángulos: ofreciendo a una joven un cachorro labrador que parió su perra Konni, explicando el trabajo que le espera a su nuevo gobierno o conversando sobre literatura ante una taza de té en el salón de la viuda de un célebre escritor.

Las autoridades locales, preocupadas por no desagradar, hicieron todo lo posible para prevenir la apatía de los 109 millones de votantes rusos, como en Extremo Oriente, donde organizaron «brigadas» encargadas de congregar a la muchedumbre el día de la votación.

Paralelamente, los empresarios, escaldados por la encarcelación por fraude de su colega Mijail Jodorkovski (que había apoyado abiertamente los partidos de oposición antes de las legislativas de diciembre) no se precipitaron a financiar a los adversarios de Putin.

Por su parte, las figuras sobresalientes en política prefirieron mantenerse al margen de la carrera presidencial y cedieron sus lugares a burócratas o incluso guardaespaldas, desconocidos.

Pero el Kremlin, que quiere legitimar el segundo mandato de Putin con una votación masiva, teme que una gran abstención en las urnas empañe su victoria.

El jefe de estado intervino el jueves en la televisión para recordar a sus conciudadanos su deber electoral.

En vísperas de la votación, los medios de comunicación se hicieron eco de algunas hazañas oportunas que podrían agradar al electorado: la rendición en Chechenia de un importante jefe independentista y el bloqueo, el jueves, de las cuentas en Suiza del mutimillonario Jodorkovski, ex patrón del grupo petrolero ruso Yukos, lo que posteriormente desmintió el interesado.

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