Rutas de tragedias, conflictos con la ley y explotación laboral

Rutas de tragedias, conflictos con la ley y explotación laboral

A disposición de quienes se desesperan por migrar al exterior existen impunes bandas de traficantes en circulación que les someten a elevados cobros por su servicios clandestinos y tortuosos para llegar a tierras extranjeras. No son, ni pueden parecerlos, ángeles de buenas intenciones que asisten a personas que sueñan con paraísos.

Actúan delictivamente y se enriquecen llenando los récords del bajo mundo dedicado a viajes transnacionales que a veces desembocan en estafas, temerarios cruces fronterizos. Violaciones a mujeres, muertes por inanición en zonas desérticas, afixias en furgones, sentinas de barcos y muertes masivas en accidente de tránsito.

Conducidos por uno de esos derroteros perecieron apiñados en un encierro camionero como racimos de bananos, seis banilejos que jamás imaginaban que abandonarían este mundo como costales llevados a velocidad por carreteras de Chiapas, México.

Pagaron más de un millón de pesos per cápita para pasar a residir en fosas, no en plantaciones agrícolas en las que empresarios rurales explotan salarialmente a los advenedizos sin papeles.

Sus desgracias comenzaron en suelo patrio, donde asociarse para arrear a hombres y mujeres para hacerlos partícipes de sus métodos criminales con inciertas formas de viajar no mueve autoridades a efectivas persecuciones.
Es probable incluso que los traficantes de seres humanos logren, a puro soborno, complicidades de corruptos guardianes de ley.

Proliferan los perversos que explotan la sed de llegar a “paraísos”

Tampoco ponen control al tráfico migratorio países que sirven de ruta

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