Sábado 24 de abril de 1965

Sábado 24 de abril de 1965

Jesus de la Rosa.

Juan Bosch fue derrocado 7 meses después de jurar como presidente

Después que el candidato a la Presidencia de la República del Partido Revolucionario Dominicano profesor Juan Bosch saliera triunfante en las elecciones celebradas el 20 de diciembre de 1962, sectores de la extrema derecha y de las Fuerzas Armadas, con el apoyo desembozado del empresariado y de altos dignatarios de la Iglesia Católica, comenzaron a conspirar para impedir que el presidente electo en esos comicios asumiera el poder.

Al no poder lograrlo, optaron por entorpecer su obra de gobierno con el deliberado propósito de derrocarlo. Siete meses después de haber prestado juramento como presidente constitucional de la República, Juan Bosch fue derrocado.

El golpe militar que depuso al presidente Juan Bosch la madrugada del 25 de septiembre de 1963 hizo que en la República Dominicana se vivieran momentos muy convulsionados. La Crisis económica alcanzó su más alto nivel.

La corrupción administrativa tocó a casi todos los estamentos del Estado. Mandamases desaprensivos permitieron que la expansión del crédito al sector privado sobrepasara la suma que la prudencia aconsejaba.

Aviones de la Fuerza Aérea Dominicana y naves de la Marina de Guerra eran utilizados en labores de contrabando de todo tipo de mercancías. Cantinas surtidas con rublos exentos de pagos de impuestos operaban en recintos militares a título de compañías por acciones.

El Gobierno de facto del Triunvirato, instalado en el poder por los militares que derrocaron al Presidente Bosch, se mostraba incapaz de legitimar su presencia ni de atender a las demandas que la población exigía.

Fue en ese ambiente de ilegalidades y de corrupción que surgió y se desarrolló una conspiración militar que terminó dando al traste con el gobierno de facto,. En efecto, a finales de diciembre de 1964 ya estaban a punto de iniciarse las acciones para derrocar el Triunvirato.

Solo faltaba que los conspiradores acordaran la naturaleza del Gobierno que habría de sustituir al Triunvirato: Vuelta a la Constitución de 1963 con el retorno al poder del presidente Juan Bosch o la instalación de una nueva junta militar que permitirá, en el más breve plazo la organización y celebración de unas elecciones libres con la participación de todos los partidos políticos y el regreso de los exilados.

El coronel del Ejército Nacional Miguel Ángel Hernando Ramírez, siguiendo las directrices que desde el exilio pautaba el coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez, fijó para el martes 27 de abril de 1965 el inicio de un levantamiento militar para reinstalar de nuevo en el poder al depuesto presidente Juan Bosch.

Pero, un hecho inesperado hizo que los acontecimientos se precipitaran y que la rebelión se iniciara tres días antes de la fecha pautada.

El sábado 24 de abril de 1965 parecía un día como cualquiera otro de los vividos en tiempos de tantos afanes.

En esa misma fecha, los periódicos El Caribe y Listín Diario publicaron en sus primeras páginas y en grandes titulares la noticia de que el Consejo Universitario de la Pontificia y Real Universidad Autónoma de Santo Domingo responsabilizaba al gobierno de facto del posible fracaso de la reforma universitaria a tiempo en que le exigía el pago de las deudas contraídas por concepto de mensualidades atrasadas en cumplimiento con lo especificado en la Ley 5778 que disponía, y que aún dispone, que el Estado dominicano financiara a la Universidad Primada de América con un subsidio anual de no menor al cuatro por ciento del Presupuesto Nacional.

También, en esa misma fecha, los periódicos mencionados se hacían ecos de noticias referentes a unos incendios forestales en la región del Cibao causados por una sequía que para esa época estaba azotando el país.

A media mañana de ese mismo día ocurrió en el Campamento Militar 16 de Agosto un hecho inusual: el capitán Mario Peña Taveras de la Oficina Administrativa de dicho estamento militar, secundado por el personal alistado de esa misma dependencia, detuvo al general Rivera Cuesta, jefe de Estado Mayor del Ejército Nacional y a todos sus acompañantes.

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