La línea de 388 kilómetros que divide a República Dominicana de Haití es imperceptible en la mayor parte de su recorrido. Aunque poco menos de su mitad está delimitada por ríos, el resto es casi imperceptible cuando pasa a través de las montañas y los valles.
La carretera internacional avanza a duras penas y en zigzag, a veces aparece con claridad y a veces se borra del todo.
Muchos de los que viven en esa zona no tienen claro de qué lado están sus casas. Su existencia es tan precaria que no necesitan reclamar a qué nación pertenecen.
Algunos puestos fronterizos se limitan a un asta con una bandera deshecha y dos o tres guardias dormidos a la sombra del arbusto más frondoso.
Cualquiera, al leer los dos párrafos anteriores, pudiera creer que se trata de una vieja crónica realizada siglos atrás. Pero aún se habla del presente, de un presente que no avanza en ninguna dirección, porque desde el punto en que está no se puede retroceder más ni se puede dar un paso hacia delante. Cuando se vive en Santo Domingo o en Santiago de los Caballeros, donde el siglo XXI ha irrumpido quizá de manera exagerada, se pierde la noción de que a poco más de cien kilómetros irrumpe otra vez el siglo XIX.
Esa extraña máquina del tiempo que comienza a funcionar cuando uno viaja en dirección a Jimaní o Dajabón, debiera ser una experiencia obligada para todos los que sienten la necesidad de conocer su país.
Quien ha estado en Hondo Valle y ha conocido la vida de los hombres y mujeres que sobreviven al amparo de la cordillera y las supersticiones, saben que, más que una frontera, allí lo que hay es una línea divisoria del tiempo. Un antes de ayer perpetuo que desentona demasiado con los discursos que repiten la palabra progreso con una simplicidad insultante. Ir a la frontera sin fronteras, experiencia inolvidable.
Un libro
Alejo carpentier
EL REINO DE ESTE MUNDO
Para Mario Vargas Llosa, El reino de este mundo es una de las novelas más acabadas que haya producido la lengua española en cualquier época. Carpentier recrea en pocas páginas y de forma incomparable los acontecimientos que, a caballo entre los siglos XVIII y XIX, precedieron y determinaron las consecuencias de la independencia haitiana.
Un DVD
THE CONCERT IN CENTRAL PARK
Director: Michael Lindsay-Hogg
Un concierto que resume la esencia de un dúo que se convirtió en la banda sonora de una generación. El Central Park de Nueva York fue el escenario perfecto para que dos amigos de la infancia se reencontraran y volvieran a entonar los himnos que habían creado a dos voces. Era 1982 y un mundo muy diferente al de hoy.
Con: Paul Simon y Art Garfunkel
Disponible en Musicalia
Un CD
WE SHALL OVERCOME. THE SEEGER SESSIONS
Bruce Springsteen
Esta producción es la expresión máxima de coherencia, compromiso e independencia de Springsteen. En We shall overcome. The Seeger sessions, él interpreta 15 canciones tradicionales de Estados Unidos y conjura un mundo con pocas notas y unas cuantas palabras.
Año: 2006
Disponible en Musicalia