Sábado al fin
Mirar a Santo Domingo con ojos de viajeros

<STRONG>Sábado al fin<BR></STRONG>Mirar a Santo Domingo con ojos de viajeros

En muchas, muchísimas obras literarias, hay una idea que se repite: la obsesión de sus autores por los viajes. Aún en las novelas que suceden en habitaciones cerradas (en eso, como en muchas otras cosas, Paul Auster es un maestro) hay largos recorridos exteriores, una mirada hacia afuera que define el adentro.

Santo Domingo es una ciudad que no es bien mirada. Hay una razón para ello: casi nadie la camina. Los dominicanos suelen usar el carro para moverse dos o tres cuadras.  Ese ocio físico se ha traspasado a la mirada, porque cuando se mira desde un vehículo la ciudad se distorsiona y se esconde. Esa es la razón por la que muchos la desconocen de la altura del vidrio hacia arriba.

Montaigne decía que había que viajar para “frotar y limar nuestro cerebro contra el de otro”.

La ciudad hay que caminarla para olerla, oírla y verla en su justa dimensión. En los últimos diez años, Santo Domingo ha cambiado de una manera radical.

Cuando se recorre a pie, se descubren los edificios que le han sumado valor a su conjunto arquitectónico, terrazas que le dan calidad al ocio y rostros que hacen de la urbe una auténtica exposición de múltiples culturas (algo que ha sido siempre la esencia del Caribe).

Salir a caminar Santo Domingo antes de que el sol se enfurezca o después que empiece a ceder, debería ser uno de los grandes atractivos de esta ciudad.

Eso podría derribar el tabú de que “el peatón no es gente”.

La clave de esto está en mirarla con ojos de viajero, en olvidar que se vive en ella. 

Un libro

Didier Van Cauwelaert

La educación de un hada

Cuando se deja de ser niño también se pierde la confianza en las hadas. Luego, se deja de creer en ellas. Esta novela (que fue llevada al cine por el español José Luis Cuerda) es todo un alegato donde se demuestra que en la mayoría de los casos, la vida cotidiana es un cuento de hadas… se crea o no en ellas.

Un DVD

O-Genio: Ray Charles Live in Brazil

Con: Ray Charles, Margie Hendrix y Edgar Willis

En 1963, Ray Charles ofreció dos conciertos en un estudio de televisión en Sao Pablo. Era la época más esplendorosa de su banda. Margie Hendrix aún estaba viva y Ray era un consentido del público y de las musas, que le permitían resolver con una genialidad absoluta cualquier idea musical. Un testimonio único para disfrutar de un mito en su estado original.

Un CD

Antes de que cuente diez

Fito & Fitipaldis

Rodolfo Cabrales es uno de los mejores cronistas de la España urbana del siglo XXI, de ese lugar multicultural que es conformado por varias ciudades y seres de toda calaña. Después de aquel mítico álbum junto a Andrés  Calamaro, Fito & Fitipaldis ha vuelto a concebir un manojo de canciones que pronto serán inolvidables.

Fuente externa

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