MADRID. EFE. Un equipo multidisciplinar trabaja para lograr que un viñedo sea capaz de capturar dióxido de carbono y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero responsables del cambio climático y de producir además sus propios fertilizantes a partir de los residuos orgánicos generados durante la vendimia. Intenta así cerrar el círculo de una agricultura cada vez más sostenible y capaz de producir alimentos más saludables.
Y para ello, han convertido una parte de los viñedos que integran la Denominación de Origen Vinos de Uclés en un laboratorio donde un equipo multidisciplinar de científicos, tecnólogos, viticultores, enólogos o agricultores quieren demostrar que es posible reducir la dependencia de los abonos minerales y de los productos fitosanitarios y aumentar la fertilidad de los suelos y la productividad de las explotaciones. Será un ejemplo más para acreditar el significado de la red europea Natura 2000 y que las actividades tradicionales como la agricultura, la ganadería o los aprovechamientos forestales pueden llegar a ser los mejores aliados de la conservación de la biodiversidad y de los recursos naturales.
Además de reducir -hasta casi neutralizar- las emisiones de gases de efecto invernadero- el equipo está logrando mejorar la calidad del suelo donde se cultivan las viñas gracias a un fertilizante elaborado con algas autóctonas procedentes del propio suelo de los viñedos de Uclés.
Esas algas se nutren de los desechos orgánicos que se generan durante el periodo de vendimia.