POR MARIEN A. CAPITAN
Cuando hace dos años Gelhen Polanco Hernández tuvo un infarto cerebral parcial no se imaginó que además de lidiar con las secuelas de su enfermedad tendría que luchar por algo que legalmente le corresponde: la pensión que se ganó después de laborar desde el año 1994 en el sistema educativo dominicano.

A pesar de tener un certificado médico que avala su estado y haber sido pensionada conforme lo establece la ley de Educación 66’97, Polanco Hernández fue sacada de la nómina de la cartera desde hace tres meses.

Tras asegurar que su situación tiene claros matices de retaliación política, Polanco Hernández indicó que ha tenido inconvenientes con el jefe de personal de la cartera, Nerys Sánchez, quien se niega a reponerla en la nómina a pesar de las órdenes que ha dado la secretaria de la cartera, Alejandrina Germán.

Lo peor de todo esto, apunta Polanco Hernández, es que sus datos fueron adulterados en el registro de empleados: a pesar de que entró al sistema en el 13 de abril de 1994, ahora aparece como si hubiese comenzado en el 1998.   Mostrando su telegrama original de nombramiento, Polanco Hernández manifestó que comenzó a trabajar como maestra de matemáticas en el Liceo Nocturno Santa Cruz, de Villa Mella.

Siete años después, en el 2001, Polanco Hernández deja las aulas y empieza a trabajar como encargada de personal en la regional 10. Dos años más tarde fue nombrada como directora del departamento de capacitación administrativa, por recomendación de la señora Sandra Barroso, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Mientras ocupaba ese cargo, en el año 2003, tuvo el infarto cerebral parcial. Como consecuencia de él tiene pérdida de la memoria centrógrada recurrente y pérdida de la visión y la audición derechos.

En ese momento, puesto que el médico le recomendó que hiciera terapia ocupacional, Polanco Hernández no dejó de trabajar. Olvidaba, tenía algunos problemas, pero continuaba en la cartera con la intención de poder recuperarse.

Cuando llegan las nuevas autoridades, conciente de que nadie podría entender su situación especial, Polanco Hernández solicitó la pensión. Para ello, como tuvieron que hacer todos los que la solicitaron, se sometió a una junta médica en el Seguro Médico de los Maestros (SEMMA).