Sacan de Siria al fotógrafo británico herido, siguen los bombardeos en Homs

Sacan de Siria al fotógrafo británico herido, siguen los bombardeos en Homs

DAMASCO, (AFP) – El fotógrafo británico Paul Conroy, herido en un bombardeo en Homs, llegó este martes a Líbano tras haber sido sacado de esa ciudad del centro de Siria, bombardeada desde hace 25 días, mientras reina la confusión sobre el paradero de la periodista francesa Edith Bouvier.  

Conroy, que colabora con el Sunday Times, llegó a Líbano cruzando un paso fronterizo ilegal, dijo un militante que afirma haber participado en el traslado de heridos.   Conroy y Bouvier resultaron heridos el 22 de febrero en un bombardeo en el que murieron la periodista del Sunday Times Marie Colvin y el fotógrafo francés Rémi Ochlik.  

El fotógrafo británico, de 47 años y con tres hijos, y Edith Bouvier, de 31 años y reportera del diario francés Le Figaro, habían hecho llamados pidiendo que los sacaran de la ciudad de Homs la semana pasada en dos videos.  

La evacuación de Conroy fue confirmada por el Sunday Times y el ministerio británico de Relaciones Exteriores.   Pero en el caso de Edith Bouvier, la situación seguía siendo incierta.  

El presidente francés Nicolas Sarkozy corrigió el martes una declaración anterior en la que afirmó que Bouvier había llegado a territorio libanés, e indicó que «no está confirmado que esté hoy en seguridad en el Líbano».  

Le Figaro declaró a la AFP que Bouvier «no está en Líbano» y «sigue en Siria».   Sobre el terreno, la violencia continuó en todo el país, causando 31 muertos, de los cuales seis soldados, sobre todo en Homs, donde el barrio rebelde de Baba Amr es atacado desde el 4 de febrero por las fuerzas del régimen, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).  

El balance de las víctimas de la represión en Siria es «seguramente de más de 7.500 muertos», declaró Lynn Pascoe, secretario general adjunto de la ONU para los Asuntos Políticos, al mismo tiempo que reconocía que las Naciones Unidas no podían «dar cifras precisas».  

La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, dijo este martes que existían «argumentos» suficientes para perseguir al presidente sirio, Bashar al Asad, como criminal de guerra.  

«También pienso, a raíz de mi larga experiencia, que ello puede complicar la solución de una situación difícil y compleja, porque limita las alternativas para persuadir a los dirigentes de que abandonen el poder», declaró Clinton durante una audiencia en el Senado estadounidense.  

La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, exigió por su lado un «alto el fuego humanitario inmediato», ante miembros del Consejo de los derechos humanos en Ginebra, que debate una resolución en la que se pide al gobierno sirio que autorice un «acceso libre y sin trabas» a la ONU y a las organizaciones humanitarias.  

La delegación siria abandonó la sala, declarando que «se retirada».   Miles de personas salieron a las calles de la capital, Damasco, donde hay relativamente pocas manifestaciones antirrégimen, para enterrar víctimas de las fuerzas de seguridad, según indicaron militantes.  

En el plano político, Bashar al Asad ratificó el martes la Constitución adoptada por referéndum el domingo pasado con el 89,4% de los votos, según el régimen.  

Este referéndum, calificado de «éxito» por la prensa oficial en Damasco, que asegura que «la nueva ley fundamental abre el camino a una era de competencia política y de consolidación de las libertades», fue recibido con escepticismo y burlas en el extranjero.  

La portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Victoria Nuland, lo calificó de «absoluto cinismo».  

Por su parte, la ONU puso en duda la credibilidad del referéndum «en un contexto de violencia generalizada y de violaciones masivas de los derechos humanos». 

 

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