Sacar de postración a la zona fronteriza sin más demora

Sacar de postración a la zona fronteriza sin más demora

Con un nivel de desarrollo inferior al resto del país, las provincias sureñas y algunos otros ámbitos colindantes con Haití muestran una expresión nacional de debilidad; un flanco a disposición de vecinos más pobres aún que entran continuamente para llenar el vacío demográfico nativo causado por la pronunciada migración interna que enflaquece los signos de la dominicanidad.

Una franja territorial norte-sur en mayor parte habitada por familias que en un porcentaje superior al 50% son pobres o muy pobres y las de buena posición económica no llegan a un 4%; con un nivel de escolaridad que niega futuro a la casi totalidad de la niñez y adolescencia; y un desempleo de un 44% con ominosas señales de que crecerá.

Postrada en niveles de vida desalentadores, parecería que la zona fronteriza amerita un rápido tratamiento de shock que, entre otros objetivos, haga valer el régimen de exenciones fiscales para inversiones privadas que no brotan a pesar del potencial para la agropecuaria, el turismo y renglones manufactureros que exigen poca capacitación -como ocurre en zonas francas- ya que la escasa formación escolar está impidiendo a muchos habitantes ingresar a diversas tareas productivas.

En el deprimente cuadro regional figura el grave desincentivo del poco acceso a mercados, puertos, aeropuertos y hasta a localidades aledañas. El fracaso fronterizo parte de un impresionante déficit de infraestructuras que el Estado no acaba de suplir.

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