SALCEDO.  El párroco de la iglesia San Juan Evangelista, de esta ciudad, declaró que el municipio vive momentos de angustia, debido a la falta de seguridad ciudadana y a la grave situación económica que sufre la gran mayoría de sus habitantes.

El padre Robinson Mejía expresó su descontento por la falta de sinceridad que, según afirmó,  tienen muchos políticos de esta ciudad, los cuales, en su mayoría, se muestran indolentes frente a la situación de miseria que viven los salcedenses, principalmente los de menos ingresos.

Precisó que en estos momentos la clase política, no importa de cual partido sea, sólo lucha por llegar al poder, conseguir dinero y el afán al lucro, pero que una vez obtienen lo que buscan, aplastan la institucionalidad de las entidades que representan.

Dijo que en esta ciudad la gente vive insegura y atemorizada, y gran parte de las calles está totalmente contaminada.

En ese sentido, el sacerdote hizo un llamado al alcalde Valentín Fernández, para que no defraude al pueblo de Salcedo y adopte medidas tendentes a que sus habitantes recobren la armonía y la confianza.

“Hay que restaurar a nuestros barrios y campos, y ahora que hay muchos jóvenes metidos en el mundo de las drogas, qué bueno sería llenar nuestras comunidades de instalaciones deportivas”, expresó.

“En este pueblo la oferta de estupefacientes se hace  a cualquier hora del día. No es al que fuma que hay que agarrar; es al grande. Y nadie es indio. Sabemos quiénes son los responsables de que nuestros pueblos estén en la droga, que se vende como el arroz”, dijo el sacerdote.

El sacerdote señaló que,   además de la dejadez de algunas de las autoridades, otro elemento que incide en la grave crisis de valores que vive este pueblo, es  la apatía de muchos padres de familia respecto a sus responsabilidades antes sus hijos.

“Para nadie es un secreto que nuestro pueblo no está marchando bien. Estamos viviendo como si aquí no hubiera autoridad, cada quien haciendo lo que le venga en gana”, apuntó.

Mejía dijo que los delincuentes son fruto de la falta de formación,  y afirmó que todavía hay hombres y mujeres a los que le duele este pueblo.