Sacrificar un poco para salvar lo mucho

Sacrificar un poco para salvar lo mucho

Teófilo Quico Tabar

En Salcedo había un sacerdote español llamado David. Cuando eso, Fafa Taveras fungía como monaguillo de la iglesia y algunos más jóvenes pertenecíamos a grupos juveniles. Nunca olvidaré que en una charla nos dijo el Padre, que en la Biblia podíamos encontrar referencia a casi todas las cosas, y en muchas ocasiones, las soluciones.
En medio de toda esta baraúnda de informaciones a través de los diferentes medios y comentarios sobre corrupción, desastres, desacatos, impunidad, temor por la seguridad ciudadana, nadie debe ignorar que la credibilidad de casi todos los estamentos está en juego. Y me refiero a todos, pero de manera especial y preocupante, a los que tienen que ver con la conducción del Estado y la política.
Esos bombardeos de informaciones de lado y lado crean confusión, y están lacerando la credibilidad de quienes representan los pilares en que se sustenta nuestro sistema de partidos, que son la base fundamental de la democracia institucional. Igualmente los que deben y tienen la responsabilidad de mantener el orden y administrar los bienes del Estado para servicio del bien común de los dominicanos
Si ellos fallan de forma y manera tal que el pueblo les retire su apoyo, total y definitivo, entendiendo que han fracasado, habría la necesidad de buscar nuevos modelos. Pero resulta que cualquier nuevo modelo se nutriría, si no se toman algunas medidas, con los mismos actores y esquemas que los que están en proceso de descreimiento. Y eso conduciría, como se dice comúnmente, a cambiar para que todo continúe igual.
Por eso he pensado tanto en las prédicas del Padre David, pues leyendo la palabra diaria, recordé cuando nos decía que la Biblia podría brindarnos soluciones frente a muchos problemas. En tal virtud, podría ser útil, aunque todos lo sepan, refrescar algunas memorias sobre lo que podría ser útil en momentos como éstos. Dice Jesús, según San Mateo:
“Y si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela. Más vale que entres manco en la Vida que, con las dos manos, ir a la gehena, al fuego que no se apaga.
Y si tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo. Más vale que entres cojo en la Vida que, con los dos pies, ser arrojado a la gehena.
Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo. Más vale que entres con un solo ojo en el Reino de Dios que, con los dos ojos, ser arrojado a la gehena.
Eso es lo que deberían hacer el gobierno, los políticos, los partidos, y todos los estamentos. Aprovechar la Semana Santa para pensar, analizar, reflexionar.
Para que antes de ser llevados al fuego, y me refiero al descreimiento total, y que sean sustituidos por otro esquema político, saquen la parte del cuerpo que pudiera estarle haciendo daño. A la sociedad y a ellos mismos.
A sus propias organizaciones e instituciones. Extirparlos. Porque aunque ellos quisieran hacer creer que no conocen la parte del cuerpo afectado, en el fondo si lo saben. Ojalá lo entiendan y no se les haga tarde.

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