Panamá.– Sacyr ha dado por concluida la construcción del tercer juego de esclusas del Canal de Panamá tras casi siete años de trabajo con un contrato que la compañía se adjudicó en julio de 2009 como parte de un consorcio por 3.200 millones de dólares y que constituye la mayor obra de ingeniería del siglo XXI.
Sin embargo, el contrato acabará costando 5.581 millones de dólares, aunque están en negociación reclamaciones por 2.443 millones. Asimismo, se espera que en breve se resuelva una disputa por 215 millones de dólares, mientras que en julio se determinará el arbitraje en Miami de otros 187 millones de dólares.
La compañía, que recibirá 3.200 millones por la obra más 326 millones ya cobrados por disputas y otros 139 millones en concepto de sumas adicionales, necesitaría 1.900 millones para no perder dinero.
No obstante, Sacyr tiene provisionados algo menos de 500 millones de dólares (1.000 millones todo el consorcio) y espera que las resoluciones favorables de las disputas puedan servir para retrotraer pérdidas. «Va a ser muy difícil que este proyecto gane dinero», reconoce algún directivo de Sacyr.
Sobre la posible penalización o premio en función de la fecha de entrega del proyecto (un máximo de 50 millones de dólares a favor o en contra), todo dependerá de las resoluciones judiciales, ya que, a medida que reconocen las peticiones del consorcio, se extiende la fecha inicial de entrega.
El próximo 31 de mayo está prevista la entrega de la obra a la Autoridad de Canal de Panamá (APC) tras todas las pruebas de las estructuras y de los sistemas instalados.
El grupo ha finalizado un hito que va a suponer «un antes y un después» para la compañía, ha dicho el presidente de Sacyr, Manuel Manrique, en un encuentro con periodistas.
«Es un proyecto de los más emblemáticos y difíciles que puede acometer una empresa de infraestructuras», ha añadido el primer ejecutivo de Sacyr, compañía que lidera el consorcio Grupos Unidos por el Canal (GUPC) que integran también la italiana Salini Impregilo, la belga Jan de Nul y la panameña Constructora Urbana S.A. (CUSA).
El barco portacontenedores Andronikos, de la naviera china COSCO, será el primero en cruzar el nuevo Canal de Panamá ampliado el próximo 26 de junio durante la ceremonia de inauguración a la que han sido invitados numerosos mandatarios internacionales.
La ampliación del canal permitirá aumentar su capacidad de navegación hasta 600 millones de toneladas anuales y el paso de buques de mayor dimensión, los conocidos como «post-Panamax».
Se abren además nuevas oportunidades en el transporte de gas a Estados Unidos y Asia a los grandes cruceros. De hecho, el segundo buque que pasará es un gasero, ha señalado el director del proyecto, José Peláez.
La construcción de esta emblemática obra ha dejado a su paso magnitudes de vértigo: hormigón equivalente a 2 pirámides de Keops, acero para levantar 22 torres Eiffel, 10.000 trabajadores de 40 nacionalidades o el rescate de 4.200 animales.
Para hacer realidad este reto, Sacyr se ha enfrentado a numerosos desafíos al tratarse de un proyecto de gran complejidad tanto técnica como administrativa, logística y de gestión, así como por los niveles de calidad requeridos y el cronograma de ejecución.
Un factor climático adverso con 9 meses de lluvia al año; terreno sísmico; fallas activas; el trasladado de 16 compuertas con un peso total de 50.000 toneladas; no afectar a la navegación existente o el ahorro de un 60 % de agua han sido algunas de las dificultades a las que se ha enfrentado este reto en la historia moderna de la construcción.