Saddam: soy jefe de estado

Saddam: soy jefe de estado

BAGDAD (AP).– Saddam Hussein insistió ayer, miércoles, cuando fue conminado a declarar por primera vez, que sigue siendo el mandatario de Irak y exhortó a los iraquíes cesar la cruenta violencia sectaria, lo que degeneró en un intercambio a gritos con el magistrado quien le ordenó dejar de hacer discursos políticos.

Ante la contumacia de Saddam, el magistrado Raouf Abdel-Rahman cerró la sesión al público, y ordenó la salida de los periodistas de la galería habilitada.

«Usted fue un jefe de estado. Ahora es un acusado’’, amonestó a Saddam el magistrado Abdel-Rahman.

Saddam fue el último en declarar de los ocho acusados. Aunque con frecuencia habló desde que comenzó el juicio en octubre, la sesión del miércoles fue la primera oportunidad que tuvieron en juez y los fiscales de interrogarle directamente.

En lugar de ello, Saddam _ vestido con un traje negro _ leyó una declaración e insistió que sigue siendo el presidente electo de Irak y comenzó a dirigirse al pueblo iraquí sobre la violencia sectaria que ha sacudido al país desde que el mes pasado fue dinamitada una mezquita chií en Samarra.

«Lo que más me duele es lo que oí recientemente sobre algo que intenta perjudicar a nuestro pueblo’’, dijo Saddam. «Mi conciencia me dice que el gran pueblo de Irak nada tiene que ver con estas acciones’’, agregó el acusado en referencia al atentado de Samarra.

Hallan 22 cadáveres

Bagdad (EFE).- La policía iraquí halló ayer los cuerpos sin vida de 22 iraquíes asesinados en Bagdad, varios de ellos “por motivos sectarios”, con lo que son ya 106 los muertos en los últimos tres días, dijeron ayer a EFE fuentes del ministerio del Interior iraquí.

Los cadáveres, todos ellos de hombres, tenían heridas de bala y fueron encontrados en distintas partes de la capital a lo largo de la jornada de ayer, explicaron las fuentes, que no dieron más detalles. Desde el atentado contra un mausoleo chií el pasado 22 de enero en Samarra, se desató en varias partes de Irak, y sobre todo en Bagdad, una oleada de violencia sectaria en la que grupos incontrolados de radicales chiíes asesinan a suníes, y viceversa.

El gobierno no suele dar detalles sobre la filiación de los asesinados para no incitar más al odio étnico y religioso.

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