Sainete en la Casa Blanca

Sainete en la Casa Blanca

Sainete adobado con el sahumerio del fiasco, conforme vaticiné en mi entrega a Hoy del 31 de agosto último, fue el balance con ribetes de comics el encuentro que organizó el presidente Barack Obama con sus anfitriones a cenar en la Casa Blanca ese día 31, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanhiau, y el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás (Abu Mazen).

Debió concitar los estruendos de El Anilla del Nibelungo de Wagner o los ensordecedores de Bethoven en sus sinfonías cinco y nueve, pero ya la humanidad está acostumbrada a las farsas que orquestan los gobernantes norteamericanos alegando propiciar la fundación del Estado Palestino, cuando en realidad accionan el contubernio con los hebreos en una política perversa de desgaste para socavar la cohesión en el propósito de los palestinos, en el cual el tiempo gravita pesado en su contra, porque son los débiles.

Siete supuestos o reales intentos, conforme a los prismas, han deteriorado en lo absoluto los encuentros en procura de una solución definitiva para optar por la paz entre palestinos y hebreos, empezando por Camp David I de 1979; Wye River 1998; Oslo 1993 ratificado por Bill Clinton el 13 de sept. de ese año; Madrid 1991; Camp David II de 2000; Annápolis 2007; Hoja de Ruta 2003 y Sharm el sheik 2007, redactaron, de mutuo acuerdo entre las partes, israelíes y palestinos, la solución del conflicto que en los tiempos modernos inicia con la participación del Mandato Británico en 1947 y la resolución de la ONU del 29-11-48 marcada con el número 181 que crea un Estado hebreo y otro árabe en Palestina.

El Estado de Israel ha desconocido todos esos tratados y esgrime obstáculos nuevos, adendum necios para ganar tiempo, socavar la moral y paciencia palestina, concretizar el Gran Israel sin árabes y todo con la anuencia de los gobernantes norteamericanos todos, presionados por el lobby israelí USA, cuando un solo gobernante norteamericano, algún día, dispondrá la fundación del Estado Palestino sin lo cual no habrá paz nunca en Oriente Próximo.

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