POR LLENNIS JIMÉNEZ
La modernidad que exhiben algunos espacios libres de la ciudad no ha llegado a la augusta Sala Capitular del Distrito Nacional, donde el deterioro ya es evidente en los bancos rotos, la falta de aire acondicionado y el ruido de los ratones en los rincones.
El honorable salón donde los regidores de la ciudad legislan las resoluciones llamadas a ordenar el gobierno local, es hoy un chiquero.
Una de las imágenes que se llevan los visitantes de los representantes municipales en su casa (la Asamblea) es esta: sus sillones con las patas carcomidas, alfombras gastadas por la antigüedad y carencia de sanitarios en el área de sus bloques de reuniones.
Y, ni decir de sus oficinas. Los bloques de los regidores perredeístas y reformistas tienen los plafones del techo rotos, los escritorios en mal estado y las paredes sucias.
Estos salones para las reuniones de los regidores correspondientes a los partidos de la oposición parecen compartimientos para guardar objetos inservibles.
No ocurre lo mismo con los de los peledeístas, pertenecientes al partido del síndico Roberto Salcedo. Por el contrario, el despacho del síndico es un palacio con fino mobiliario.
El año pasado concluyó la reparación de la oficina del presidente del Ayuntamiento, Gabriel Castro. En ese momento también fue trasladado a un lugar más cómodo el bloque de los regidores peledeístas. Sin embargo, quedan con las mismas fallas los bloques de los regidores opositores. En peor situación se encuentra el área de la bancada del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), que gobierno la ciudad en 20 años y no procuró reparar estas áreas.
LAS CRITICAS
Los regidores se quejan de que el Salcedo prometió que cambiaría el interior del Ayuntamiento y que se retrasara la remodelación de la Sala Capitular, pese a que tienen tres años aprobando el presupuesto para los trabajos.
Se inició la rehabilitación de un salón de la segunda planta para trasladar la Sala Capitular, pero la obra marcha lenta. Ayer se le instalaban los plafones de las paredes. Los sanitarios previstos para los regidores y el personal de la tercera planta tiene la tubería rota en el lado de las mujeres y la parte de los hombres no cuenta con lavamanos, ni orinales.