Una sala del área de pediatría de la clínica Cruz Jiminián fue bautizada como José Miguel Montero en honor al periodista del vespertino El Nacional fallecido hace un año. El comunicador fue recordado por sus familiares, amigos y colegas como un gran ser humano, padre, esposo y compañero, durante una misa oficiada en el centro médico.
El director del centro, Félix A. Cruz Jiminián, destacó las cualidades humanas de Montero, quien ejerció la profesión apegado a la ética y brindó sus servicios a los que necesitaban una voz. La razón por la que le pusimos el nombre de Montero a la sala es porque este hombre vino de la frontera con todas las limitaciones económicas y sociales, sin embargo tenía abundancia espiritual. Llegó a la Capital y fue un ejemplo para todos sus compañeros y un padre ejemplar, dijo.
Explicó que Montero lo defendió en un momento difícil de su vida cuando algunos sectores quisieron dañar la imagen de la clínica. De su lado, la madre y la esposa del periodista, Mercedes Ramírez y Milagros D Oleo, entre lágrimas agradecieron el gesto, fue un gran hijo, que me dejó la frente en alto. Mientras, sus compañeros lo definieron como un hombre muy trabajador y solidario y aunque murió, su espíritu y buenos recuerdos quedaron.