La cuestión de los salarios, tanto en el sector público como el privado, resulta un tema engorroso en el cual el primero en demostrar sensibilidad y equidad debe ser el Estado, representado por el Gobierno, y es lo que ha intentado el presidente Danilo Medina disponiendo mediante el Comité Nacional de Salarios del Ministerio de Trabajo, aumento de 20%.
El salario mínimo es de RD$8 mil, conociéndose que la canasta básica ronda los RD$19 mil, siendo menester agregar otros básicos, renta de vivienda, transporte, Glp, electricidad, exceptuando alguna diversión y ocasional aleatorio compra de vestuario y calzado.
Siempre he postulado el razonamiento de que a mayor salario, mayor capacidad adquisitiva que traduce a su vez mayor disponibilidad de adquirir productos básicos, alimentos, electrodomésticos, calzados y vestidos, la inmensa mayoría producidos por empresarios opuestos al menor aumento salarial.
Interrogante del tamaño del país a los empresarios si empeñaran sus esfuerzos para devengar menos de lo que les cuestan su sobrevivencia, y un poco más, y aplicarlos a quienes transforman las materias primas en el caso industrial, o dependientes y obreros en el comercial y hacendados.
Pienso que cada empresario debe el Gobierno conminarlo a pagar a sus empleados conforme a la rendición al Estado de sus evoluciones, entendiendo la diferencia a pagar entre un industrial grande y los de micro y pequeña empresa de dos a diez empleados y sucesivamente asignar un dispendio conforme a los ingresos. Elemental.
Es menester que los empresarios se concienticen en el sentido de esquivar el etiquetado de propiciar el capitalismo salvaje, y diferenciándose entre empresarios y empresaurios, entendiendo su deber de asumir su cuota que traduzca la paz social, que con su angurria y tozudez, peligran.