Hoy 
Cinco nuevos miembros, incluyendo a su presidente, fueron electos antenoche para la alta corte que desde su creación en el año 2010 vela por el acatamiento fiel a los preceptos constitucionales siendo evidente que en la decisión, virtualmente unánime que tomó el Consejo Nacional de la Judicatura, primaron la capacidad y experiencia en la vida profesional y judicial de cada uno de los elegidos. A todos se aplaude. Aisladamente se escucharon los reparos resonantes e intempestivos posteriores al pleno del órgano deliverante lanzados por el integrante opositor Bauta Rojas Gómez y desde el subjetivo candidato morado a la presidencia, Abel Martínez, utilizando un categórico lenguaje descalificador refutado inmediatamente por el blanco principal de su filípica devastadora, que lo es el nuevo presidente de la Corte, Napoleón Estévez Lavandier, que exige con todo derecho pruebas del vínculo oculto que le atribuyeron con el Partido Revolucionario Moderno; aporte al que además le obliga la nación que se consternaría si la aseveración carece de fundamento. Mientras, tranquiliza el reconocimiento elogioso y absoluto a la escogencia del CNM extendido por el presidente saliente que ahora es aclamado por la sociedad como un padre del derecho constitucional por su histórico desempeño.
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El excelentísimo Milton Ray Guevara -que no pierda el tratamiento con honores que merece- ha dicho claro: Estévez Lavandier reúne condiciones necesarias para presidir la corte y administrar justicia independiente y ciudadana.
