POR MANUEL EDUARDO SOTO
Qué buena noticia nos trajo recientemente la revista Time, al incluir dentro de los 25 hispanos más influyentes de Estados Unidos a la bella, sensual y trabajadora actriz mexicana Salma Hayek, en una lista que incluía a pesos pesados como su colega Jennifer López, la presentadora de televisión Cristina Saralegui, el periodista Jorge Ramos y el asesor presidencial Alberto Gonzales.

Sin duda que la diminuta y curvilínea estrella mexicana merece estar entre las personas de origen latino que han logrado traspasar el anonimato para convertirse en una parte clave del sueño americano que todo extranjero trata de hacer realidad al pisar suelo estadounidense.

Ella llegó en 1990 dispuesta a conquistar a los gringos, estudiando intensamente inglés y actuación, después de tener una carrera más bien modesta como actriz en su México natal. Uno de los primeros trabajos que consiguió en Hollywood fue como criada (papel típico para las hispanas a través de los tiempos) en la serie de la cadena HBO titulada “Dreaming of You” (Soñando contigo). Ese trabajo, que abarcó varios capítulos, sirvió para que llamara la atención de la meca del cine y luego le abriera las puertas de par en par en películas como “Desesperado”, “Fools Rush In” (Un impulsivo y loco amor) y “Wild, Wild West”, la versión para la pantalla grande de la teleserie “Jim West”, al lado de Will Smith.

A mí me tocó la oportunidad de conocerla personalmente en Miami, hasta donde había llegado acompañada del promotor venezolano Luis Medina, quien manejó su carrera inicialmente en Hollywood. Luis—quien ha trabajado con estrellas como Lani Hall, María Conchita Alonso y Julio Iglesias, entre otros—me la presentó sin mayores comentarios, aunque yo sabía de quién se trataba porque la había visto en “Dreaming of You” y me había llamado la atención por su belleza fuera de serie.

Pero su ascenso dentro del mundo cinematográfico no fue meteórico como el de otras figuras, ya que actualmente, cuando tiene 38 años y ha filmado docenas de filmes—en su mayoría intrascendentes y que han pasado al olvido sin pena ni gloria—se ha consolidado finalmente como una persona hispana influyente no sólo como actriz, sino también como productora y directora. Además, consiguió la hazaña de ser nominada al Oscar por su papel protagónico en “Frida”, el espaldarazo que necesitaba para que se le tomara en serio.

Aunque ha tenido más de un roce con los periodistas de habla hispana—ella insiste en hablar en inglés en las conferencias de prensa en la que hay gringos presentes—ha dejado claro que quiere que otros latinos como ella logren triunfar en el cine en grande, dándole oportunidades a colegas como la española Penélope Cruz, entre otros.

La revista Time, la más importante de Estados Unidos y del mundo junto a Newsweek, señaló en su edición de esta semana que “a esta altura, (Salma) (Salma) podría estar sentada al lado de la piscina, rechazando guiones y regalos”, pero en vez de eso “está tratando de enviar más producciones cinematográficas a México para fortalecer a la industria allí”.

Como si eso no fuera suficiente, Time resalta que la Hayek “está desarrollando también dos nuevas películas y dos programas de televisión en Estados Unidos,  y escribiendo un guión para Jamie Foxx (protagonista de “Ray” y “Colateral”).  Hayek puede haberse hecho notar por su cuerpo, pero es famosa gracias a su trabajo”.