Múltiples y diferentes factores son las causas de que un paciente amerite una prótesis dental fija, ya sea unitaria (corona) o múltiple (puente). El pilar o base puede ser de un diente natural o un implante dental.
Entre las causas más comunes se destacan: pérdida significativa del tejido dentario, malformaciones congénitas, problemas de oclusión, traumas, manchas, cambios de coloración, entre otras.
Hasta hace unas décadas el material estético que se utilizaba con mayor frecuencia era la porcelana. En 1998, en la escuela dental de la universidad de Zurich, Suiza, se realizó la primera corona de zirconia, en ese momento la odontología estética dio un gran salto, logrando una similitud con los dientes naturales envidiable, brindándole al paciente una solución real, tanto estética como funcional. Día tras día aumenta el uso de la zirconia alrededor el mundo.
Las indicaciones son las mismas que cualquier otra prótesis fija, deben ser realizadas por un especialista en el área y el tiempo de elaboración es menor. Sin embargo, sin lugar a dudas los beneficios de una corona de zirconia frente a una de metal porcelana son muchos, excepto en el aspecto económico.
Es importante mencionar que las prótesis de zirconia son más ligeras, por lo tanto los pilares reciben menos carga o se necesitan menos pilares en prótesis fijas de varias unidades y esto inclina la balanza a que sean más duraderas. Son más resistentes, lo que garantiza el éxito del trabajo por un periodo mayor.
Los casos documentados de alergia a la zirconia, prácticamente son inexistentes. Por lo tanto pacientes muy susceptibles a otros materiales son ideales para utilizar la zirconia.
Estas prótesis permiten un acabado de mayor calidad, resultando más estéticas aún en caso de que la encía se retraiga, así como en pacientes con sonrisa alta y pérdida ósea en el sector anterior.
Las prótesis en zirconia no dejan al descubierto el metal, nunca se verá esa sonrisa con los bordes negruzco.
En dientes oscuros o de tonalidades grisáceas, la estética tiene su mejor aliado en la zirconia, ya que al no permitir la transparencia de la luz, anula por completo el tono oscuro del pilar. Es de baja conductibilidad térmica, lo cual disminuye la hipersensibilidad en pilares vitales, disminuyendo las posibilidades de realizar endodoncia.
Por su regular y fina terminación es más difícil la adhesión de la placa bacteriana o biofilm en la corona de zirconia que en cualquier otra restauración.
Por supuesto en ningún momento se debe descuidar la rutina de higiene oral con un cepillo, hilo y enjuague oral de una marca reconocida y avalada por estudios científicos que certifican sus beneficios.
Tales como cepillos con hebras con puntas redondeadas que no rayan las superficies dentarías y de las restauraciones, mangos ergonómicos, tamaño y forma de la parte activa que facilitan el proceso; así como la composición del enjuague.
Recuerde no es solo realizar su rutina de higiene oral; importa mucho, el cuándo, cómo y con qué.
Por último, consulte con su odontólogo sobre las coronas de zirconia, es hora de sonreír sí o sí, con salud y belleza.