El embarazo no es una enfermedad, es un estadio fisiológico donde se realiza el milagro de la vida, un nuevo ser humano crece y se desarrolla dentro del vientre de la madre.
Se conoce como ontogénesis el proceso mediante el cual las células de la cavidad oral primitiva inician el proceso de diferenciación que dará lugar a los dientes temporales y permanentes.
Alrededor de la octava semana de vida intrauterina estará culminada la primera fase de formación de los dientes de leche.
La salud, alimentación, estado anímico de la madre, están íntimamente relacionados a la salud del feto; la salud oral de ambos no es la excepción.
Por el contrario durante el embarazo se dan ciertas situaciones que tienden a desmejorar la salud oral de la madre.
Náuseas y vómitos son muy comunes en las embarazadas, situación que por un lado lleva a una alimentación deficiente y por otro puede causar erosión en el esmalte de los dientes de la madre.
La enfermedad periodontal es muy común en las embarazadas, la presencia de la placa bacteriana o biofilm, junto a los cambios vasculares y hormonales propios de este estado exageran la respuesta inflamatoria de frente a este factor irritante. Además de una encía enrojecida sangrante e inflamada puede aparecer un abultamiento, denominado tumor del embarazo, el cual es benigno y tiende a desaparecer después del parto y está íntimamente ligado a una higiene deficiente.
En materia de salud oral es primordial que la madre mantenga un ambiente oral sano; para esto debe tener como principales objetivos el controlar la placa bacteriana o biofilm, lo cual se puede lograr con un correcto cepillado después de cada comida y antes de dormir, acompañado por el uso del hilo y enjuague oral, según la recomendación de su odontólogo y con los productos indicados por el mismo.
Todo esto con el objetivo de garantizar la eliminación del biofilm diariamente y mantener la salud oral.
Las visitas al dentista no deben ser pospuestas, sobre todo si la paciente siente molestia o dolor, si ha notado cambios en sus encías o la presencia de factores irritantes en su boca, como es el tártaro.
Tratamientos ortodónticos y estéticos, reposición de piezas dentarias posteriores, implantes dentales, entre otros, se pueden esperar hasta finalizado el embarazo.
El segundo trimestre del embarazo es el momento ideal para la visita, pero esto no significa que en los otros dos trimestres sea imposible la consulta al profesional de la salud oral.
La presencia de caries dental aumenta la actividad bacteriana en la cavidad oral, por lo que es necesario que se brinden los servicios a tiempo, evitando así riesgo de transmisión por la vía salival con el bebé.