Salud, dinero y amor

Salud, dinero y amor

Se considera como un derecho fundamental de cada individuo el gozar de bienestar físico, mental y social, cuyo garante principal es el Estado. En el reciente encuentro de ministros de salud de Centroamérica y República Dominicana celebrado los días 10 y 11 de diciembre de 2015 en la bella ciudad de San Salvador, se aprobó el Plan de Salud 2016-2020 para la región. El Consejo responsable de la elaboración y ejecución del proyecto se conoce con las siglas de COMISCA.

En aquel escenario se debatió y aprobó una nueva visión de la política sanitaria hacia nuestros países. ¿En qué consiste el nuevo enfoque? Se trata de un abordaje integral, intersectorial y global de los distintos factores que alteran el equilibrio orgánico, psíquico, social y ambiental de las personas. La búsqueda efectiva de las determinantes sociales que enferman a los seres humanos nos brinda las herramientas para promover hábitos saludables, tomar medidas preventivas y detectar, así como tratar los males tempranamente.

En la declaración de El Salvador se insta a los ministerios de salud a desarrollar: “iniciativas para el estudio y análisis del proceso de la determinación social de la salud, orientados a generar propuestas que permitan a los gobiernos y comunidades enfrentar y tomar control de dicho proceso a través del fortalecimiento del trabajo intersectorial, el desarrollo de la organización y participación comunitaria, la búsqueda constante de la justicia y la equidad social y la implementación de los indispensables instrumentos educativos y técnicos que se requieren en el marco de la cooperación público-social para realizar las acciones conjuntas, interdisciplinarias e interculturales de los sujetos institucionales, académicos y sociales”.

¿Qué es lo que se pretende en el contenido del párrafo anterior? Ir en busca de los aliados y actores sociales que contribuyen al mantenimiento de la salud individual, familiar, comunitaria, nacional y regional con la finalidad de tomar acciones conjuntas permanentes que aseguren una población sana, educada, productiva, contenta y amorosa.

En mi reflexión sobre el tema no pude evitar transitar a un pretérito de más de medio siglo, momento en que el tango era amo y señor de nuestro aparato auditivo. No me cansaba de escuchar aquella melodía del compositor argentino Rodolfo Aníbal Sciammarella, la cual decía: “Tres cosas hay en la vida/ Salud, dinero y amor./ El que tenga estas tres cosas,/ que le dé gracias a Dios./ El que tenga un amor,/ que lo cuide, que lo cuide/ La salud y la platita,/ que no la tire, que no la tire”.

Saludamos al amanecer; brindamos por la salud; hacemos voto por el bienestar de los demás y nos alegramos de la felicidad del vecino y las amistades. ¡Qué hermoso es ir al barrio a visitar los hogares llevando mensajes y consejos que ayuden al niño, a la madre, al adolescente, al padre y al anciano a vivir más y mejor. Y es que en un ambiente saludable, rico en frutas, vegetales y abundantes fuentes proteicas naturales, la gente crece sana y cargada de optimismo para hacer de su larga existencia un valle de felicidad.
Con salud se afianza la producción y el amor se torna más dulce y placentero.

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