Salud interior

Salud interior

POR EBONY LAFONTAINE
Seguramente hemos olvidado la primera vez que vimos la imagen de un hombre desnudo, sobre todo aquella vez, tiempo atrás, olvidado casi, en que conocimos el David de Michelangelo  en una clase cualquiera de historia universal en el bachillerato.

Al verlo en esos años, no reparábamos en la estética de la obra y mucho menos en lo que expresaba la misma, solo veíamos con picardía  que el David estaba desnudo y con su miembro viril expuesto.

Con el pasar del tiempo, cuando pasamos de esa imagen de mármol a la realidad de la carne, es cuando tomamos consciencia de la belleza de la  desnudez del hombre, entendemos que no es de mármol y sí vital.  Tres David nos ofrece el arte, dos de ellos vamos a obviarlos  porque son la representación del adolescente de la conocida historia, pero el de Michelangelo se nos presenta hecho hombre, sudoroso, con venas, arterias y coraje …una representación ideal – en conjunto – de la belleza masculina que todas quisiéramos.   Este David muestra en su desnudez, fuerza y voluntad, Buonrotti le da vida en la expresión de su mirada y sobre todo, en su movimiento contenido que nos significa la determinación de blandir la onda y atacar a Goliat.  Siempre se ha hablado del tamaño del pene de David (en su momento, nosotras también hablamos de eso). Los críticos han sido implacables al decir que el tamaño de su miembro no se corresponde a sus dimensiones, sin embargo, en una investigación científica  que se presentó en Florencia, Italia, sobre ese punto, se expresó que la dimensión de los órganos genitales de David eran correctas para un cuerpo masculino en tensión física antes de un gran esfuerzo.   Los profesores de Anatomía de la universidad de Florencia añadieron que el cuerpo de David era perfecto, con el único error anatómico de la ausencia de un relieve muscular en la espalda, error conocido por el propio artista.  

David es símbolo de perfección y belleza, su réplica está expuesta con solemnidad delante del palacio de la Signora, representando el poder de Florencia.   Sin dudas, este David muestra y expresa lo que cualquier mujer puede anhelar, tal vez por ello se reguarda su original en la Galería de la Academia de Florencia.  Sería importante, que cada una de nosotras le diera importancia al David que tiene a su lado, si no lo tiene, que se la dé cuando lo tenga, para que puedan marcar la diferencia de andar con una réplica o poder exhibir el original en su alma.

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