Como todo en la vida es variado igualmente así son los temperamentos y aunque muchas personas con “temperamentos fuertes” o de “duro carácter” talvez te han hecho pasar más de un sin sabor.

Humanamente hablando, no hay nada que tenga una influencia más profunda sobre el comportamiento que el temperamento que heredamos. La combinación de los genes de los padres en el momento de la concepción que determinó nuestro temperamento básico nueve meses antes de que respiremos por nuestra cuenta, es el responsable en buena medida, de nuestras acciones, de nuestras respuestas emocionales y, en mayor o menor grado, de casi todo lo que hacemos.

Temperamento sanguineo: El sanguíneo es una persona cálida, vivaz, alegre, que da gusto. Las debilidades es que es indisciplinado y falto de voluntad, inestabilidad emocional. El sanguíneo no sólo es capaz de llorar por cualquier pretexto, sino que la chispa de ira puede transformarse en furioso infierno instantáneamente.

Temperamento colérico: El colérico es de un temperamento ardiente, ágil activo, práctico y de voluntad fuerte que se tiene por autosuficiente y muy independiente. El colérico tiende a desenvolverse muy bien en el comercio , en la enseñanza de asignaturas prácticas, en la política , en funciones militares, en los deportes . Por otra parte, raramente encontraremos un cirujano, un dentista, un filósofo, un inventor, un matemático o un relojero colérico. Normalmente es tan optimista que rara vez fracasa- excepto en su propia casa. En la próxima columna trataremos sobre los otros dos.