POR EBONY LAFONTAINE
La irresponsabilidad paterna es una figura legendaria en el quehacer dominicano y sus efectos reales afecta a los hijos e hijas de nuestro país. Muchos afirman que el hecho de que el 49% de los hogares dominicanos no tiene una figura paterna, sino que cuenta con la mujer como cabeza de familia, aumenta el problema.

Tendríamos que preguntarnos antes de hacer afirmaciones como estas, ¿desde cuándo la mujer es jefa de familia en nuestro país?; ¿desde cuándo la falta de responsabilidad y de sentimientos hacia el deber moral por los hijos e hijas procreados han existido como el pan nuestro de cada día en muestro pueblo?

Sin dudas, el segundo cuestionamiento gana sin hacer una encuesta, ya que por años la sociedad ha sido cómplice del culto al macho y “si mi gallo anda suelto amarra tu gallina”. Pues bien, ahora es tiempo de trabajar en promover la paternidad responsable y la responsabilidad compartida entre los padres y madres aun estos estén separados.

Los padres irresponsables de nuestro país siempre han encontrado complicidad, de la sociedad en sentido general y sin distinción de clase social; de la esposa, de la que convive con él, de los amigos, de los vecinos, de la Justicia y del Estado.

La irresponsabilidad paterna es un factor de múltiples problemas sociales que perjudican principalmente a la niñez y agudiza la pobreza de los hogares, por lo que si no se trabaja para contrarrestarlo el futuro social, cultural y económico de nuestro país siempre se verá afectado.

La República Dominicana cuenta con el Código para el Sistema de Protección y los Derechos Fundamentales de los Niños, Niñas y Adolescentes – Ley 136-03. Leerlo nos enseñará cuáles son los derechos de los niños, niñas y adolescentes, aprenderlo será la garantía del futuro de nuestra patria.

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