Las opciones que tenemos las mujeres para prevenir enfermedades de transmisión sexual son muy limitadas, a pesar de que cuando se habla de VIH (Virus de la Inmunodeficiencia Humana), debemos de pensar que somos el 50% de la población infectada en el mundo.
Es lamentable reconocer que nos falta poder para negociar un sexo seguro y que esa falta de poder, nos resta capacidad para prevenir cualquier tipo de infección de corte sexual. Si a esa carencia de poder, le sumamos los factores económicos, sociales y culturales que nos impiden usar las estrategias que son utilizadas para evitar enfermedades de transmisión sexual, entiéndase; abstinencia, uso de condón, monogamia, etc, tendríamos que asumir que carecemos del control de nuestra sexualidad.
Actualmente, el único método de sexo seguro controlado por las mujeres es el condón femenino. Un método eficaz y aceptado por mujeres que lo han utilizado. Pero, el mismo enfrenta serias barreras; machismo social, prejuicio religioso, y un alto costo en el mercado . sin descartar a las mujeres que se niegan a que sus parejas utilicen un condón con ellas. ¿Qué es el condón femenino? Es una funda de poliuretano lubricada, con un anillo flexible en cada extremo. Un anillo cubre el cuello uterino, como lo hace el diafragma, mientras que el otro permanece fuera, cubriendo parcialmente los labios. Este condón tiene más de 15 años en el mercado, ha sido probado en más de 70 países, incluyendo República Dominicana, pero ¿saben? no le dan paso.
Por ello, aún cuando el condón femenino sea visto como un avance, debemos conferirle un valor limitado, ya que hay que negociar su uso antes de la relación sexual.