Los regalos recibidos en el Día de las Madres, me dieron la oportunidad de reflexionar sobre cómo me perciben amigos y familiares.  Reflexionar sobre los regalos que se nos ofrecen, es un ejercicio que nos ayuda a crecer interiormente.  Freddy me sorprendió con el libro  Vivas en su Jardín,  Memorias de Dedé Mirabal, que cuenta con valentía y amor, las vivencias de sus heroicas hermanas, un regalo que motiva a buscar la libertad y apreciar los recuerdos.

Los pozuelos Samanà, una alusión a mis  viajes constante a esa hermosa península, Josefina le dio presencia a esos gratos viajes.  Así también, las pulseras de madera que me regaló mi sobrino Conrado, el siempre me ha visto como Barajita, igual Rocío, mi hija mayor, que se esmeró en la confección de un  collar tan escandaloso como yo. El olor del jabón Maja que me entregó doña Armi, me transportó a olores perdidos de mi infancia. 

Mi cuñada se fue por lo seguro, un pareo el cual ya es parte de mi guardarropa.La Mujer Multi-orgásmica de Janalee Beck,  presenta a la mujer de hoy consciente de su cuerpo y de su alma, un regalo que causó mucha risa, mi hermano Domingo, reconoce que me encantan los temas sexuales.

Renato me envió desde Puerto Plata un Protos Wine, y José Oscar, muy certero, me regaló una crema orgánica  para aplacar las huellas de los años. 

Mi hija Renée, eligió  un  Spa para  que su madre se relaje de tantas vivencias y emociones acumuladas. 

Tengo que felicitar a mis familiares y amigos, esos regalos hablan de mí y de mi personalidad.

Todos dieron en la diana, no buscaron un regalo comodín, de esos para salir del paso y rápido, me buscaron a mí, y esa es la idea de un regalo cuando se puede dar.