SALUD PARA TODOS
¿Para qué tengo ombligo?

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Se cruzaron sobre una roca en Delfos a la que se le dio el nombre de «onfalón» o sea ombligo o centro.En algunas culturas africanas se conserva cuidadosamente el ombligo del recién nacido y sobre él se efectúan los ritos que marcan, años después, la entrada de este niño a la vida adulta. En la actualidad parece que haremos algo similar, pues se guardan la sangre y células madre del cordón como posibles recursos terapéuticos para el futuro.

La pura visión del ombligo puede significar un mensaje, un poderoso gesto de comunicación, picarle suavemente el ombligo a tu pareja tiene análogo significado, pues esta es una intensa zona erógena (sobre todo en las mujeres). El ombligo obtiene su poder erótico por rememorar otras áreas menos públicas. Y el movimiento rítmico con exposición umbilical, especialmente durante el baile, como el de Shakira, es altamente sugerente de lo que serían otras actividades más «australes» pero explícitamente documentadas en el Kamasutra.

El significado del ombligo trasciende a la geografía y la política y muchos puntos del mundo se jactan de ser «el ombligo del mundo». Según sus creencias este se ubica en Delfos, en Palestina, en el Cuzco y hasta en el Canal de Panamá.

La importancia de ser el ombligo de algo se nota hasta en las revistas y periódicos, donde se denomina de esta forma a la página central y así mismo cuesta anunciarse en ese ombligo.

También de aquellos poseedores de un gran ego se suele decir que «se cree el ombligo del mundo», de los circunspectos o introvertidos a menudo suele decirse «que envejece mientras se mira el ombligo» o «que solo habla con su propio ombligo» y de aquello que es misterioso se dice que «esta más oculto que el ombligo de un gordo».

Y es que el ombligo es importante, en algunas cirugías se retiraba piel y con ella el ombligo pero pronto se descubrió que no tener ombligo era un poderoso motivo de ansiedad, a tal grado que los pacientes regresaban para operarse y formarse un nuevo ombligo, así que ahora se le «fabrica» desde la cirugía inicial, pues los únicos que se sentían cómodos sin tener ombligo eran Adán y Eva (otra leyenda). Ahora muchas cirugías se hacen con el solo propósito de embellecer el ombligo, el estilo más solicitado es el «ojal vertical», bien estrechito y simétrico.

¿Recuerdas las veces en que pasabas la escuela «raspando o casi dejando el ombligo en la cerca» o sea con el puntaje apenas suficiente para continuar?. El ombligo es un eterno recordatorio de nuestra vida fetal y de la deuda de vida que mantenemos con quien nos la dió. El ombligo es el tercer chakra o punto de energía vital y los japoneses antiguos desarrollaron toda una técnica filosófica de meditación y relajación llamada «Hesso Chiryo» o «técnica del ombligo», todo con la finalidad de conseguir el balance emocional.

Cuenta una leyenda que un jefe tribal se debatía entre la vida y la muerte y el brujo, para curarlo, ordenó que se le colocara un huevo en la frente, pero el jefe murió pues nunca pudieron subírselo más allá del ombligo. (Ups, si no entendiste…, te lo perdiste.)

La herbolaria no se escapa y utiliza la planta llamada «ombligo de Venus» (umbilicus pendulinus) como cicatrizante, diurético y antiséptico para heridas.Y no solo lo enseñaron, lo depilaron, lo broncearon, lo tatuaron y le colocaron esas cositas que llaman «piercing». Adicionalmente dieron el golpe de gracia con la exposición de aquello llamado canalículo y de lo que te hablaré si lo solicitas en la sección de comentarios.

En la infancia, el ombligo se convierte en un reducto para canicas, rueditas, pastillas, dulces, chocolatitos tipo M&M, monedas y todo cuanto el infante pueda acomodar en el. Casi pareciera que el ombligo es la medida estándar u horma con la que puede ponderarse el tamaño de los objetos.

Y aquellos que nacen ombligones son objeto de la misma conducta por parte de los adultos. Con frecuencia les colocan canicas o monedas con fajas para reducir el tamaño del ombligo. (Esto si no lo sabes, es una hernia umbilical) pero, «el que nace ombligón ni aunque lo fajen», hay que operarlos.

Y es que el ombligo es tan importante que divide hasta al amor. Por arriba del ombligo, amor platónico o divino; por abajo del ombligo, amor terrenal, carnal y picaresco.

Las cosquillas en el ombligo son una excelente manera de despertar a una amante amodorrada, sobre todo si se hacen con la lengua. En el juego amatorio y de la imaginación se realza la ilusión si se le llena con miel, sirope o un sorbito de vino. Mira, si aún no te has tomado un buen vino servido en un ombligo, te aseguro que te falta mucho por crecer, amatoriamente hablando por supuesto.

Una variante del suschi japonés se come sobre el cuerpo casi desnudo de una hermosa chica y el «plato fuerte»o principal se sitúa justo sobre el ombligo. Quizás por eso se denota la dominación que se ejerce sobre otra persona diciendo «lo tengo comiendo de mi ombligo».

Los románticos pasan toda su vida buscando su otra mitad sin darse jamás cuenta de que «la mitad de uno, es el ombligo», planteamiento geométrico que trastorna hasta al más brillante matemático. Otra curiosa forma dialéctica es «pasar el tiempo hurgándose el ombligo», «mirándose el ombligo» o en panameño «rascándose el ombligo», que todos conocemos como perder el tiempo.

El ombligo es una cicatriz deprimida en el medio del abdómen, que marca el sitio donde alguna vez se situó el cordón umbilical que nos unía a nuestra madre.

Es al mismo tiempo una marca que nos recuerda nuestra naturaleza que se debate entre la dependencia y la independencia. El ombligo del recién nacido es un punto delicado que en ocasiones se infecta de forma tan severa que pone en peligro la vida del niño; a esto se le conoce como «onfalitis» pero ahora no te hablaré de los cuidados del ombligo del recién nacido. Tampoco me referiré a aquellos que nacen con una hernia umbilical, puesto que «el que nace ombligón ni aunque lo fajen», dice el refrán.

Es casi tradicional la lucha de los padres y madres por bajarle la falda a las chicas adolescentes para que no enseñaran la parte baja de aquello donde la espalda cambia de nombre y, como es tradicional, las chicas obedecieron y se la bajaron pero en un acto de represalia y rebeldía tan propias de la juventud, enseñaron, entonces el ombligo.

Quiero hablar acerca de las otras facetas de ese accidente geográfico-anatómico que es incitante, estimulante, sugerente, que ha dado pie a tantas leyendas, cuentos, canciones, poesías, lujuria, locura y, ¿por qué no?, buenos ratos. Dentro de las leyendas sobresale la que cuenta que cuando el padre de todos los dioses griegos quiso saber dónde estaba el centro del mundo, dejó volar dos águilas desde los dos extremos del mundo y allí donde se cruzaran estaría el centro del mundo.

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