Doctora Sandra Cabrera
Dermatóloga.
Unidad de Dermatología del Hospital General de la Plaza de la Salud (HGPS).
En algún momento hemos escuchado “el acné es cosa de la edad, ¡ya pasará!”, que “es normal” que se presente “en la juventud” y que con el tiempo las espinillas irán desapareciendo del rostro, olvidándonos un poco de su importancia.
Pero lo que realmente debemos conocer es que es una patología (enfermedad) de la piel, que puede durar muchos años y si no trata a tiempo deja secuelas tanto físicas, como ocurre en el caso de las cicatrices post acné, como también psicológicas (baja autoestima y pérdida de la confianza).
Si bien es cierto que aparece más en la adolescencia, se puede ver desde el nacimiento hasta la edad adulta y afecta a un 80 % de la población en alguna de sus formas, sin predilección de raza.
El acné se define como una enfermedad inflamatoria de causa multifactorial. Afecta la unidad pilo sebácea, que está conformada por la raíz del pelo, el folículo piloso, la glándula sebácea y el músculo erector del pelo. Esto explica su distribución especialmente en rostro, pecho y espalda, ya que estas son las áreas con mayor número de glándulas sebáceas.
Existe una enfermedad también de origen inflamatorio parecida al acné, que ocasiona lesiones parecidas al acné, pero sin comedones y la enfermedad es más frecuente en la adultez, sobre todo en el sexo femenino apareciendo rojez persistente y difícil manejo.
Dentro de la patología del acné se debe considerar los siguientes aspectos:
1. Aumento de la producción sebácea. Esta es la lesión inicial en donde hay un aumento del sebo o grasa por parte de la glándula sebácea.
En el acné temprano se localizan en el área centro facial como la frente, nariz y mejillas, más tarde extenderán a: espalda, orejas, pecho.
2. Hiperqueratosis ductal, junto al exceso de sebo o grasa, células epiteliales descamadas que obstruyen la apertura del folículo pilo sebáceo o poro. Luego empiezan a formarse los comedones abiertos (puntos negros) y los comedones cerrados.
Los comedones abiertos, que se caracterizan porque son fáciles de exprimir, presentan un gran orificio dilatado, en cambio los comedones cerrados (puntos blancos), aparecen como pápulas blancas de 1 a 2 mm con aspecto pedrusco, que se ve mejor al estirar la piel.
3. Proliferación o multiplicación bacteriana que, debido al exceso del sebo y la hiperqueratinización, forma un ambiente adecuado para que crezcan ciertas bacterias como Cutibacteriumacnes y Propionibacterium acnes, lo que ocasiona la respuesta inflamatoria en esta patología.
Existen otros factores que contribuyen al desarrollo del acné, como los genéticos, emocionales, hormonales, ciertos medicamentos, algunos cosméticos y procesos fisiológicos, como el periodo premenstrual, así como el embarazo.
A la hora de examinar al paciente con acné es importante saber que el dermatólogo es el médico especialista encargado de tratar esta enfermedad.
Este especialista tomará en cuenta los siguientes puntos:
– Tipo de lesión. Si aparecen muchas lesiones pustulosas (pus).
– Gravedad del cuadro. Valorará la intensidad y el estadio de las lesiones.
– Extensión. Se evalúa la afectación de cara, pecho y espalda.